La vitamina D se ha identificado como un nutriente clave para disminuir el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple. Esta enfermedad autoinmunitaria que afecta el sistema nervioso, principalmente el cerebro y la médula espinal, puede tener mayores incidencias en mujeres y suele diagnosticarse entre los 20 y 40 años de edad, por lo que tener una buena alimentación que nos ayude a reducir el riesgo de contraerla es de gran importancia.
Los síntomas de la esclerosis múltiple pueden variar en cada paciente y dependen de la ubicación y gravedad del daño en el sistema nervioso central. Sin embargo, algunos de los signos más comunes incluyen debilidad muscular, dificultades para moverse, problemas de equilibrio y coordinación, fatiga y problemas cognitivos. Así pues, se trata de una enfermedad difícil de tratar y que reduce bastante la calidad de vida de quien la sufre.
Aunque no existe una cura para la esclerosis múltiple, existen tratamientos que pueden ayudar a acelerar la recuperación de las crisis, controlar los síntomas y cambiar el curso de la enfermedad. Además de estos tratamientos, se ha descubierto que la vitamina D puede desempeñar un papel importante en la prevención de la enfermedad.
La vitamina D aporta al funcionamiento del sistema que afecta la esclerosis múltiple
La revista Mejor con Salud señala que la vitamina D está relacionada con diversas funciones en el organismo e incluso se ha encontrado receptores de esta vitamina en el sistema nervioso central. Esto indica su posible implicación en el funcionamiento de este sistema.
Además, se ha comprobado que la vitamina D también juega un papel en la regulación del sistema inmunitario. La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmunitaria, donde el sistema inmune del cuerpo ataca la propia mielina, causando daño en los nervios. Por este motivo, algunos estudios sugieren que suplementar con vitamina D podría ser beneficioso para pacientes con esta enfermedad. Sin embargo, aún no hay un consenso sobre la dosis adecuada de suplementación.
Se ha observado que las mujeres embarazadas con deficiencia de vitamina D podrían tener un mayor riesgo de que sus hijos desarrollen esclerosis múltiple. Por lo tanto, se sugiere incluir la vitamina D en los suplementos utilizados durante el embarazo como medida preventiva.
Los alimentos que son ricos en vitamina D
Algunas fuentes alimenticias ricas en vitamina D, según el portal web Cuídate Plus, incluyen pescados grasos frescos y en conserva, huevos, crustáceos y moluscos, entre otros.
Cabe destacar que aunque la vitamina D es fundamental para la salud, es importante no excederse en su consumo. Según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), concentraciones excesivamente altas de vitamina D en la sangre pueden causar síntomas como náuseas, vómitos, debilidad muscular, confusión y dolor. En casos extremos, niveles muy elevados de vitamina D pueden llevar a complicaciones graves.
En conclusión, la vitamina D se presenta como un potente nutriente que podría ayudar a reducir el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple. Sin embargo, es importante consultar con un profesional de la salud para determinar la dosis adecuada y así obtener los beneficios sin efectos adversos.
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