La Guía Azul de la Sanidad señala que los calambres o espasmos musculares son una sensación incómoda que puede afectar a cualquier persona durante el ejercicio o incluso mientras duerme. Estos episodios de rigidez breve pero intensa pueden estar relacionados con la fatiga muscular, la deshidratación, alteraciones en el metabolismo y afecciones del sistema muscular o nervioso y suelen ser tan dolorosos que, cuando los vivimos una vez, no queremos volver a sentirlo.
Además de estos factores, la falta de vitaminas y minerales esenciales también puede contribuir al desarrollo de calambres musculares. Por lo tanto, es importante mantener una dieta rica en nutrientes para prevenir este inconveniente y, además, mantener un cuerpo saludable.
Según La Guía Azul de la Sanidad, las dos vitaminas clave para prevenir calambres musculares son las vitaminas B y D. La vitamina B se encuentra en alimentos como vegetales de hojas verdes, legumbres, huevos, carnes, cereales integrales, frutos secos y semillas. También se puede obtener a través de frutas como el aguacate.
Las dos vitaminas que no pueden faltar en nuestro cuerpo para prevenir calambres musculares
Varios estudios han demostrado que el consumo adecuado de vitamina B puede reducir hasta en un 80% la posibilidad de experimentar calambres musculares. Por otro lado, la vitamina D tiene una incidencia directa en los músculos. La deficiencia de esta vitamina puede manifestarse a través de espasmos musculares. Cabe destacar que el cuerpo humano produce vitamina D a través de la exposición al sol.
Además de las vitaminas B y D, otros nutrientes importantes para mantener los músculos en buen estado incluyen el potasio, el calcio, el sodio y el magnesio.
La carencia de potasio puede dar lugar a calambres musculares, por lo que se recomienda incluir en la dieta frutas como plátanos y uvas pasas, así como pimientos, perejil, almendras, pistachos, carnes magras, lácteos y condimentos como la pimienta negra, el comino y el curry.
Otros minerales que son claves en nuestro cuerpo
Por otro lado, el calcio es un electrólito esencial para evitar la deshidratación causada por la sudoración. Finalmente, el sodio y el magnesio también son necesarios para proteger los músculos y prevenir síntomas adversos en el sistema muscular.
En resumen, mantener una dieta equilibrada y rica en vitaminas y minerales es esencial para prevenir los calambres musculares. Las vitaminas B y D, así como el potasio, el calcio, el sodio y el magnesio, juegan un papel fundamental en la salud muscular. Recuerde consultar con un profesional de la salud para obtener recomendaciones específicas para su caso.
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