Según expertos en intervenciones asistidas con animales del Centro de Terapias Asistidas con Perros, el vínculo emocional que se crea entre los niños y los perros cumple con los objetivos propios de las primeras etapas de la vida, brindando a los niños una sensación de amor incondicional, competencia y capacidad.
La relación entre el niño y el perro es bidireccional, lo que significa que no importa si el niño es hijo único o si pertenece a una familia numerosa. El vínculo se fortalece a medida que ambas partes trabajan valores importantes como el respeto y la tolerancia. Según Eva Domènec, técnica en intervenciones asistidas con animales del CTAC, los beneficios son evidentes siempre y cuando se garantice el bienestar y el equilibrio de todos los miembros de la familia.
¿Qué beneficios trae incorporar un perro a tu hogar?
Para los niños, tener un perro en casa conlleva beneficios preventivos en diversas áreas, como la psicología, la socialización y el aspecto físico. La relación entre el niño y el perro aumenta la motivación, la autoestima, la seguridad en sí mismo, la socialización con el entorno, la estimulación cognitiva y la memoria. Además, tener un perro promueve un mayor sentido de responsabilidad en los niños, siempre y cuando las condiciones sean adecuadas y cuenten con un entorno familiar propicio para fomentar dicha responsabilidad.
En cuanto al aspecto físico, tener un perro como mascota incrementa la actividad física de los niños, ya que implica sacar al perro a pasear dos o tres veces al día. Según Domènec, esta mayor actividad física es beneficiosa para los niños en términos de salud y bienestar.
Además de los beneficios emocionales y físicos, el perro también puede ser un gran facilitador y motivador en terapias pediátricas. A través del vínculo emocional entre el niño y el animal, el perro puede ayudar a alcanzar objetivos terapéuticos, educativos y sociales específicos.
Tener un perro como mascota no es un juego
Los expertos enfatizan la importancia de recordar que tener un perro como mascota no es un juego o un capricho del niño. Incorporar un perro a la familia implica añadir un ser vivo que convivirá durante muchos años, por lo que es necesario evaluar si se puede brindar todo lo necesario para su cuidado y bienestar.
En conclusión, tener un perro puede ser beneficioso para los niños, fortaleciendo su desarrollo emocional, social y físico. Sin embargo, es fundamental asegurar que se puedan brindar todas las atenciones y cuidados que requiere un perro antes de tomar la decisión de incorporarlo a la familia.
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