La siesta, una práctica que hasta hace poco era considerada el "deporte nacional" en España, ha ido perdiendo popularidad en los últimos tiempos, sin embargo, los expertos aseguran que descansar después de comer puede aportar múltiples beneficios para la salud.
Según un estudio realizado por la Fundación de Educación para la Salud del Hospital Clínico San Carlos y la Asociación Española de la Cama (Asocama), solo un 16,2% de la población practica la siesta. Esto es preocupante, ya que la falta de sueño puede tener graves consecuencias para nuestro bienestar.
¿Por qué tomar siestas ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares?
Uno de los beneficios más destacados es la prevención de las enfermedades cardiovasculares. La siesta ayuda a reducir el estrés en un 37% y disminuye el riesgo de padecer problemas cardíacos. Además, durante el sueño se libera la hormona del crecimiento, que fortalece el sistema inmunológico y muscular, y ayuda a regular los niveles de glucosa y grasa en el cuerpo.
Otro aspecto importante es la reducción de la tensión arterial. Un estudio realizado en el Allegheny College de Pennsylvania (EE.UU.) demostró que dormir una siesta diaria de entre 45 minutos y una hora después de períodos de estrés ayuda a disminuir la presión arterial y el ritmo cardíaco.
Las siestas mejoran la concentración y estimulan la creatividad
La siesta también tiene beneficios a nivel cognitivo. Según investigadores de la Universidad de Berkeley, dormir la siesta aumenta la capacidad de aprendizaje en un 10% y mejora la concentración. Durante el sueño, el cerebro tiene la capacidad de fijar los conocimientos adquiridos y facilita el almacenamiento de la memoria a corto plazo.
Además, la siesta estimula la creatividad y facilita la resolución de problemas. Estudios realizados por neurólogos de la Universidad de Georgetown afirman que dormir la siesta activa la zona del cerebro asociada con la creatividad. Por otra parte, el sueño en la fase REM, en la cual soñamos, permite realizar conexiones entre ideas de manera más eficiente.
La siesta también beneficia a nivel emocional, ya que aumenta la receptividad ante expresiones de felicidad y mejora el estado de ánimo. Esto se debe a que durante el sueño se libera serotonina, un neurotransmisor relacionado con el bienestar y la satisfacción.
Finalmente, para disfrutar de una siesta reparadora es importante tener en cuenta algunos consejos. Es recomendable buscar un lugar cómodo, con una temperatura agradable, poco ruido y poca luz. Lo ideal es descansar después de comer, entre las 13 y las 17 horas, ya que ese es el período de mayor somnolencia. En cuanto a la duración, no se recomienda que supere los 30 minutos.