Las siestas son una práctica bastante común en muchos países, especialmente en aquellos con una cultura de descanso y relajación en las horas de la tarde. Pero ¿sabías que tomar una siesta puede tener beneficios para la salud y el bienestar de los adultos? Acá te contamos todo lo que debes hacer (y no) para aprovechar al máximo tus siestas.
¿Cómo se debe tomar una siesta al día?
Dormir una siesta corta, de tan solo 10 o 20 minutos, puede ser beneficioso para los adultos sanos. Esto puede ayudar a reducir la fatiga repentina y la somnolencia inesperada, así como a recuperar horas de sueño perdidas por turnos de trabajo largos, sin embargo, es importante tener en cuenta algunos aspectos antes de tomar una siesta.
Por un lado, las siestas no son para todos. Algunas personas no pueden dormir durante el día o tienen dificultades para hacerlo fuera de su propia cama. Esto puede interferir con la capacidad de disfrutar de una siesta adecuada.
¿Cuáles son las desventajas de tomar una siesta en el día?
Además, es importante tener en cuenta las desventajas de dormir la siesta. La inercia del sueño es un efecto común después de despertarse de una siesta, lo que puede hacer que te sientas aturdido y desorientado. También existe la posibilidad de que las siestas afecten la calidad del sueño durante la noche, especialmente si se realizan siestas largas o frecuentes.
Es por eso que se recomienda seguir algunas pautas para aprovechar al máximo las siestas. Lo ideal es dormir una siesta corta, de no más de 10 o 20 minutos, para evitar la sensación de atontamiento después de despertar.
Es importante también tener en cuenta el momento del día en que se realiza la siesta, preferiblemente a primera hora de la tarde. Dormir una siesta después de las 3 p. m. puede interferir con el sueño nocturno.
Para crear un ambiente de descanso adecuado, es recomendable dormir en un lugar tranquilo y oscuro, con una temperatura ambiente cómoda y pocas distracciones. Estos elementos contribuirán a un sueño más reparador y a una siesta más efectiva.
Sin embargo, es importante recordar que si experimentas una repentina necesidad de dormir siestas de manera frecuente, esto podría indicar algún problema de salud. En ese caso, es recomendable consultar con un médico para descartar cualquier trastorno del sueño u otra afección médica que esté interrumpiendo las horas de sueño nocturnas.
En conclusión, si las siestas son realizadas de manera adecuada y en el momento adecuado, pueden ser beneficiosas para los adultos sanos. Pero recuerda seguir las pautas mencionadas anteriormente y escuchar siempre las señales de tu cuerpo. ¡Aprovecha al máximo tus siestas y disfruta de un descanso reparador!
