El sentido del humor en los bebés y niños pequeños es un aspecto fascinante que se desarrolla gradualmente a medida que crecen y comienzan a comprender el mundo que los rodea.
Diversos estudios e investigaciones han examinado cómo se desarrolla este sentido en los más pequeños y cómo se puede estimular de manera positiva.
¿Cómo ayudar a estimular el sentido del humor en los menores?
Según un estudio realizado por Robert R. Provine, titulado "La aparición de la risa en el juego madre-bebé", se ha observado que los bebés comienzan a reírse en respuesta a estímulos como cosquillas y juegos de carcajadas a una edad temprana, generalmente entre los 2 y los 4 meses de edad.
Este estudio también resalta que la risa en los bebés es contagiosa y fortalece los lazos emocionales entre ellos y sus cuidadores.
Por otro lado, un estudio más reciente realizado por Hookah y colegas observó el desarrollo del humor en niños y niñas de 0 a 47 meses de edad. Entre los hallazgos más relevantes, se encontró que los bebés comienzan a mostrar signos de humor, como sonrisas y risas, en los primeros meses de vida, especialmente durante las interacciones con sus cuidadores.
Además, se evidenciaron diferencias individuales en el desarrollo del humor, con algunos bebés manifestando aprecio por situaciones humorísticas a los 6 meses, mientras que otros lo hacían más tarde.
¿La importancia del núcleo familiar en un niño o niña?
El entorno familiar también juega un papel crucial en el desarrollo del sentido del humor en los niños. Aquellos que crecen en hogares donde se fomenta el juego y la risa tienden a desarrollar un sentido del humor más temprano y complejo. Además, el humor temprano está vinculado a la capacidad de los niños para conectarse socialmente, influyendo en la fluidez de sus interacciones sociales.
Es importante destacar que el sentido del humor en los bebés en etapas tempranas se basa en la sorpresa, la novedad y las interacciones físicas. A medida que crecen y comprenden mejor el mundo que les rodea, su sentido del humor se vuelve más sofisticado, incorporando aspectos verbales y conceptuales.
En la clínica con niños pequeños, el humor se utiliza como una herramienta terapéutica para elaborar diferentes conflictos. A través del juego y la interacción lúdico-humorística, los psicoanalistas pueden comprender mejor los procesos mentales y emocionales de los niños.
El humor se convierte en una forma para que los niños procesen emociones y experiencias difíciles, al mismo tiempo que establecen conexiones con los demás.
En conclusión, el sentido del humor se desarrolla gradualmente en los bebés y niños pequeños, aunque cada uno tiene su propio ritmo. Los estudios evidencian la importancia de las interacciones familiares y el ambiente social en el desarrollo de este aspecto. Los padres, abuelos y cuidadores desempeñan un papel fundamental al proporcionar un entorno estimulante y positivo que fomente el desarrollo del sentido del humor desde las primeras etapas de la vida.