También conocido como trastorno de ingesta restrictiva o arfid (por sus siglas en inglés), es una condición llevada al extremo de alimentación segmentada o restrictiva que tiene impacto determinante en la vida de quien lo padece.
El área de la salud sabe aún muy poco acerca de esta afectación cuya gravedad está comprobada, pero su tratamiento suele ser bastante complejo de ejecutar por la misma ignorancia que existe acerca de los patrones y las posibles causas del trastorno.
Científicos han realizado estudios preliminares y los resultados han revelado que existen factores genéticos determinantes en esta condición. Si bien esto no es para nada concluyente, las muestras pueden ser el punto de inicio para, en el futuro, elaborar tratamientos más acordes y ajustados a lo que requiere el trastorno.
¿En qué consiste el trastorno de alimentación selectiva?
El mundo sabe de arfid desde el 2013, año en el que se descubrió que quienes lo padecen, consumen baja cantidad de alimentos o un mínimo porcentaje de la diversidad de alimentos existentes.
A diferencia de otros trastornos alimenticios, como puede ser la anorexia nerviosa, quienes lidian con arfid, no consumen alimentos no porque no estén contentos con sus cuerpos o con el ánimo de perder peso.
Quienes dejan de consumir una variedad importante de alimentos y/o los que consumen en muy bajas cantidades (existen casos en los que ambos fenómenos están presentes), lo hacen debido a un rechazo sensorial a los sabores, olores o texturas. También pudieron haber experimentado en algún momento de sus vidas, pasajes adversos como atragantarse con la comida o temor a padecer dolor intestinal.
Como es de esperarse, el padecer este trastorno, lleva a la persona a sufrir caídas estrepitosas en su peso o a tener deficiencia en vitaminas y minerales.
El papel de la genética en el trastorno de alimentación selectiva
De acuerdo con la heredabilidad en arfid, los científicos comprobaron que, si los niños tenían arfid o no, entre un 70% y un 80% se explicaba por diferencias en sus genes.
"Para estimar la heredabilidad de cualquier característica podemos utilizar el método de gemelos. Esto aprovecha el hecho de que los gemelos idénticos comparten todos sus genes, mientras que los gemelos no idénticos ñ, en promedio, comparten el 50% de los genes que diferencian s las personas entre sí", indica el estudio científico.
Este contexto lleva a suponer (a falta de mayor indagación y experimentación científica) que arfid se encuentra entre los trastornos mentales más hereditarios.