El Alzheimer, la forma más común de demencia, continúa siendo un desafío para la salud pública y la medicina. En un artículo publicado por National Geographic, el médico neurólogo Ricardo Allegri, jefe del departamento de Neurología Cognitiva, Neuropsicología y Neuropsiquiatría del Instituto Fleni de Buenos Aires, explica que esta enfermedad impacta negativamente en el sistema nervioso y especialmente en el cerebro, afectando tanto la parte cognitiva como la conductual.
La edad es un factor determinante en la frecuencia de la enfermedad, y su impacto en la salud pública es significativo, según señala Allegri.
A lo largo del tiempo, desde que se describió por primera vez en 1906, los expertos han ido descubriendo nuevas características sobre el Alzheimer y se han realizado numerosos avances en su conocimiento y tratamiento. Es importante conocer y desmentir algunos de los mitos más comunes sobre esta enfermedad.
No existe una herencia directa del Alzheimer, pero hay factores genéticos relacionados
El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA) de Estados Unidos aclara que tener un padre o una madre con Alzheimer no implica necesariamente heredar la enfermedad. Sin embargo, existe un riesgo aumentado si se posee una cierta variante genética que puede ser transmitida de padres a hijos.
Los científicos aún están investigando las causas específicas del Alzheimer, y se cree que factores ambientales y de estilo de vida también pueden influir en su desarrollo.
El Alzheimer puede manifestarse en cualquier edad, no solo en personas mayores
Aunque el riesgo de desarrollar Alzheimer aumenta con la edad, esto no significa que sea exclusivo de personas mayores. Según el NIA, los síntomas suelen aparecer alrededor de los 65 años, pero también pueden presentarse en edades más tempranas. El Alzheimer de inicio temprano es una forma poco común de la enfermedad, que se presenta en personas entre los 30 y los 60 años. Sin embargo, menos del 10% de los pacientes padecen esta variante.
No se puede prevenir, pero se pueden reducir los factores de riesgo
Aunque no existe una manera comprobada de prevenir el Alzheimer, sí se pueden tomar medidas para reducir los factores de riesgo asociados a la enfermedad. Controlar la presión arterial, la diabetes, el colesterol, la obesidad y llevar un estilo de vida activo pueden ayudar a retardar su aparición, aunque no hay una cura definitiva en la actualidad.
De esta manera, es importante desmitificar las creencias erróneas sobre el Alzheimer para poder abordar adecuadamente esta enfermedad neurodegenerativa. La investigación científica continúa avanzando en busca de tratamientos más efectivos y de una mayor comprensión de esta afección que afecta a millones de personas en todo el mundo.
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