Según un estudio reciente, se ha descubierto que varios animales alrededor del mundo están mostrando evidencia de radiación debido a las pruebas nucleares y las catástrofes que han ocurrido a lo largo del tiempo. Desde tortugas marinas en el atolón de Enewetak hasta jabalíes en Baviera y monos en Japón, estos animales son un testimonio del legado radiactivo de la humanidad.
Especies afectadas por el impacto de pruebas y catástrofes nucleares
Las tortugas marinas del atolón de Enewetak se encuentran entre los animales afectados por las pruebas nucleares realizadas décadas atrás por Estados Unidos. En el caparazón de estas tortugas, los científicos han descubierto la firma nuclear de los residuos radiactivos presentes en el atolón. Aunque la radiación en estas tortugas no representa una amenaza para los humanos, es un recordatorio del impacto duradero de la contaminación nuclear en la vida silvestre.
Por otro lado, en los bosques de Baviera, algunos jabalíes han sido encontrados con niveles alarmantes de radiación. Los científicos creían que esto se debía a la lluvia radiactiva producida por la fusión de la central nuclear de Chernóbil en 1986.
Sin embargo, un estudio reciente reveló que hasta el 68% de la contaminación en los jabalíes bávaros proviene de pruebas nucleares en todo el mundo. Los jabalíes se contaminan al comer trufas que absorben la radiación del suelo cercano.
En Japón, los monos cara roja también muestran evidencias de radiación. Después del desastre nuclear en la central de Fukushima Daiichi en 2011, la concentración de cesio en los macacos japoneses aumentó significativamente. Se cree que los monos absorben la radiación al comer brotes y corteza de árboles locales, así como otros alimentos contaminados.
Estos animales radioactivos no son peligrosos para los seres humanos, según científicos
Es importante destacar que, según los científicos, la radiación presente en estos animales no representa un peligro para los seres humanos. Sin embargo, se mantiene un control estricto sobre los animales como los jabalíes de Baviera y los renos noruegos para garantizar que no lleguen al consumo productos contaminados.
Este descubrimiento tiene implicaciones significativas, ya que demuestra que la lluvia radiactiva no desaparece por completo y continúa afectando a la fauna a lo largo del tiempo. Es un recordatorio de que debemos ser conscientes del legado nuclear de la humanidad y tomar medidas para proteger y preservar la vida silvestre en todo el mundo.
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