El karma, una palabra que todos hemos escuchado desde pequeños, hace referencia a una misteriosa "energía" que equilibra nuestras acciones y tiene un impacto en nuestras vidas. Este concepto, estudiado por milenios por varias religiones del mundo, tiene sus raíces en el sánscrito y se relaciona con la ley universal de causa y efecto.
¿Cuál es el origen del karma y qué significado tiene?
Según las religiones dhármicas como el hinduismo, el budismo y el sijismo, el karma es una acción espiritual o energía trascendente que se deriva de nuestros actos, palabras y pensamientos. Este karma condiciona e influencia diferentes momentos de nuestra vida, incluso en posibles reencarnaciones futuras.
El funcionamiento del karma es sencillo: nuestras buenas acciones generan consecuencias positivas, mientras que las acciones negativas tienen resultados negativos. Es decir, se obtiene lo que se da y se cosecha lo que se siembra, lo que convierte al karma en una ley de causa y efecto.
No se trata de un sistema de recompensas o castigos externos, sino de un ciclo interno generado por nosotros mismos y basado en patrones de comportamiento. El reconocido autor Sadhguru explica que el karma está relacionado con la responsabilidad de nuestras acciones pasadas y con la creación de nuestro propio destino.
Las religiones que consideran el karma también asocian este concepto con la reencarnación. Entienden que una sola vida humana no sería suficiente para experimentar todos los efectos de nuestras acciones, y por eso se cree en la manifestación periódica de seres a través de diferentes vidas físicas.
¿Cuáles son las leyes del karma?
Para transitar de manera favorable el camino hacia la evolución espiritual, se deben seguir las 12 leyes del karma según los hinduistas y budistas:
1. Ley de causa y efecto: cada elección y acción tiene consecuencias.
2. Ley de la creación: podemos ser co-creadores activos de nuestra realidad.
3. Ley del desarrollo: el alma pasa por diferentes existencias físicas para aprender y crecer.
4. Ley de la responsabilidad: asumir la responsabilidad de nuestras acciones pasadas nos ayuda a crecer y liberarnos emocionalmente.
5. Ley de la humildad: ser humilde y recordar que nuestra realidad es producto de nuestras acciones pasadas.
6. Ley de conexión: todo está conectado entre sí.
7. Ley de la focalización: perseguir nuestros objetivos y mantenernos enfocados en ellos.
8. Ley de la generosidad: el crecimiento y la abundancia se logran siendo generosos.
9. Ley del presente: vivir y ser conscientes del momento presente.
10. Ley del cambio: para obtener resultados diferentes, es necesario cambiar.
11. Ley de la paciencia: todo tiene su tiempo de evolución y nada es inmediato.
12. Ley de la inspiración: nuestra vida puede inspirar y provocar cambios en el mundo.
El karma es un concepto que invita a reflexionar sobre nuestras acciones y sus consecuencias. Si crees en esta energía trascendente, es importante recordar que nuestras elecciones y comportamientos tienen un impacto en nuestra vida y en la de los demás. Cada uno de nosotros tiene la oportunidad de influir positivamente en el mundo a través de nuestras acciones y actitudes.