En Estados Unidos, 41 fiscales presentaron una demanda contra Meta, la empresa tecnológica propietaria de Facebook, WhatsApp e Instagram por desarrollar productos adictivos dirigidos a menores de edad, especialmente a aquellos de 13 años, a pesar de las advertencias de la propia empresa para que los jóvenes no abran cuentas en estas plataformas.
¿Por qué demandaron a Meta, la empresa dueña de Instagram?
Según los argumentos presentados por los fiscales, Meta no brinda la protección necesaria a los menores en su fase de desarrollo cognitivo y humano. En la acusación, se sostiene que la compañía ha intensificado sus esfuerzos para manipular a los jóvenes y generar en ellos una necesidad difícil de controlar, con el objetivo de aumentar el tiempo que pasan en estas aplicaciones, a las que se accede a través de pantallas de dispositivos electrónicos.
En 2021, las autoridades estadounidenses comenzaron una investigación sobre el impacto de las redes sociales en los menores y los adolescentes. Según fuentes cercanas a la investigación, ambas partes llevan meses negociando un posible acuerdo.
¿Qué tan peligrosas son las redes sociales para los menores de edad?
De acuerdo con un estudio del Centro Pew, el 95% de los jóvenes de entre 13 y 17 años afirman estar presentes en al menos una plataforma digital, y más de un tercio de ellos las utiliza de forma constante.
Por otro lado, en octubre de 2021, el periódico estadounidense The Wall Street Journal tuvo acceso a un documento interno de Meta en el que se revela que más del 13% de los adolescentes considera que Instagram agrava los pensamientos suicidas, y el 17% opina que empeora los trastornos alimenticios.
Ante este escenario, se plantea la pregunta sobre qué tan peligrosas son estas plataformas y cómo se pueden mitigar sus efectos nocivos. "Estamos lidiando con una infancia y adolescencia expuestas a un exceso de redes sociales e imágenes de lo que se considera la perfección", afirmó Landers.
En resumen, la demanda presentada contra Meta expone la preocupación de las autoridades por el posible impacto negativo que las redes sociales pueden tener en los menores. Es necesario trabajar en la protección de esta población vulnerable y en encontrar soluciones efectivas para mitigar los efectos nocivos de estas plataformas en su desarrollo.