En el mundo, más de 55 millones de personas padecen demencia, siendo el Alzheimer la forma más prevalente de esta enfermedad, según informa la Organización Mundial de la Salud (OMS). El Alzheimer es una enfermedad mental progresiva que se caracteriza por la degeneración de las células nerviosas y la disminución de la masa cerebral.
Mayo Clinic, una organización sin fines de lucro dedicada a la práctica clínica, educación e investigación, indica que las personas que sufren de esta condición experimentan un deterioro continuo en el pensamiento, el comportamiento y las habilidades sociales, lo que afecta su capacidad para vivir de manera independiente.
Alzheimer: principales causas y cómo prevenirlo
El portal Alz.org señala que existen factores de riesgo para desarrollar la enfermedad de Alzheimer, entre ellos la herencia. Las personas que tienen familiares directos, como padres, madres o hermanos, que han sufrido de Alzheimer, tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad. Sin embargo, según la Fundación Pasqual Maragall, la genética no es un factor determinante en el 99 % de los casos de Alzheimer.
El envejecimiento es el principal riesgo para desarrollar la enfermedad, pero los hábitos y el entorno también desempeñan un papel fundamental.
Hábitos para prevenir el riesgo de sufrir Alzheimer
De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) y la Clínica Mayo, aquí te presentamos algunos hábitos naturales que pueden ayudar a prevenir el desarrollo del Alzheimer:
1. Controlar y prevenir la presión arterial alta, ya que esto puede ser un factor de riesgo relacionado con la enfermedad.
2. Realizar actividad física regularmente. Iniciar este hábito desde temprana edad facilita su incorporación a la rutina diaria y aprovechar sus beneficios.
3. Mantener un peso saludable. Un estilo de vida activo y una alimentación equilibrada son clave para evitar el desarrollo de la enfermedad.
4. Tratar las pérdidas auditivas tempranamente. El deterioro auditivo puede contribuir al aislamiento y, a largo plazo, aumentar el riesgo de Alzheimer.
5. Mantener una vida social activa. La interacción social es una actividad cognitiva fundamental que ayuda a mantener el cerebro activo.
6. Evitar lesiones en la cabeza. Los traumatismos craneoencefálicos pueden aumentar el riesgo de enfermedades como el Alzheimer.
Estos hábitos naturales no solo contribuyen a la prevención del Alzheimer, sino que también promueven una vida saludable en general. Es importante recordar que, si bien pueden reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad, no garantizan su total prevención. Consultar a un profesional de la salud y llevar un estilo de vida equilibrado son fundamentales para el cuidado de nuestra salud mental.