La flexibilidad psicológica es fundamental para promover el bienestar mental y adaptarse a los cambios, según afirma el psicólogo e instructor de mindfulness Martín Reynoso. Además de conocer la importancia de cuidar nuestra salud emocional y desarrollar experiencias saludables que nos permitan vivir de manera plena.
La salud mental no es un hecho aislado y está estrechamente relacionada con factores heredados y sociales. Además, no podemos separarla de la salud física y social, ya que todos estos aspectos están profundamente interconectados.
¿Qué es la flexibilidad psicológica?
Uno de los aspectos menos conocidos pero igualmente importante es la flexibilidad, que juega un papel fundamental en nuestra capacidad de adaptación y bienestar. Martín Reynoso destaca que la flexibilidad de los seres vivos es más relevante que la fuerza o cualquier otra habilidad mamífera. En la evaluación psicológica de una persona, la flexibilidad es el aspecto más importante para pronosticar su evolución en la vida social.
Es importante aclarar una falsa interpretación atribuida al evolucionista Charles Darwin. Muchas veces se ha citado erróneamente que "la ley del más fuerte" es una afirmación de Darwin. Sin embargo, lo que Darwin realmente propuso es que sobreviven aquellos individuos capaces de adaptarse a su entorno, transmitiendo su información genética y contribuyendo a la supervivencia de la especie. En este sentido, la flexibilidad es esencial tanto para sobrevivir como para vivir plenamente.
Claves para entrenar la flexibilidad psicológica
Para entrenar la flexibilidad psicológica, el Licenciado en Psicología Juan Pablo Kovacevic nos comparte valiosas estrategias. Entre ellas destacan:
1. Defusión cognitiva: aprender a reconocer que nuestros pensamientos son solo contenidos mentales, no verdades objetivas en sí mismas.
2. Toma de perspectiva: observar las cosas desde diferentes puntos de vista para obtener un conocimiento más preciso.
3. La pausa estoica: establecer un espacio de tiempo entre una impresión y una reacción, permitiendo una evaluación más precisa de las mismas.
4. Ver los eventos desde la perspectiva de un tercero: imaginar que lo que nos perturba le sucede a otra persona y reflexionar sobre cómo la veríamos en esa situación.
5. Aceptación: reconocer que las cosas son como son y centrarse en cómo relacionarse con ellas de la mejor manera posible.
6. Humanidad compartida: comprender que las experiencias que vivimos también pueden ser experimentadas por otros, lo que reduce la sensación de aislamiento.
7. Pérdida de importancia personal: dejar de enfocarse en ensalzarse continuamente y construir una autenticidad propia.
Cultivar estas estrategias nos permitirá desarrollar una mayor flexibilidad psicológica, lo que a su vez nos llevará a una mayor salud y felicidad.
Es fundamental buscar formas de adaptarnos a los cambios y desarrollar habilidades que promuevan nuestro bienestar mental. No olvidemos que nuestra salud mental está intrínsecamente ligada a nuestra salud general.