La enfermedad de Alzheimer, caracterizada por su impacto en la memoria y en la capacidad cognitiva de las personas mayores, ha sido objeto de estudio y análisis por parte de distintas instituciones de salud en Estados Unidos.
Según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, esta enfermedad neurodegenerativa tiene diversas etapas, y es importante comprender su evolución para brindar un adecuado acompañamiento a los afectados.
¿Cuáles son las etapas de la enfermedad del Alzheimer?
1. Etapa temprana o leve: en esta fase, las personas pueden experimentar un ligero olvido de eventos recientes y tener dificultad para encontrar las palabras adecuadas. Aunque se desempeñan de manera independiente en su vida diaria, pueden requerir más tiempo para completar tareas y pueden mostrar cambios sutiles en su personalidad.
2. Etapa intermedia o moderada: en esta etapa, los síntomas se vuelven más evidentes. Además de problemas de memoria más notorios, las personas pueden tener dificultad para realizar tareas cotidianas, como vestirse o manejar el dinero. También pueden experimentar cambios emocionales y de comportamiento, como ansiedad, agitación o confusión.
3. Etapa avanzada o grave: en esta última etapa, las personas afectadas pueden perder la capacidad de comunicarse verbalmente y de reconocer a sus seres queridos. Necesitarán asistencia para realizar actividades básicas, como comer, vestirse o ir al baño. Además, pueden presentar problemas físicos, como dificultades para moverse o tragar.
Es importante señalar que aunque no existe una forma de prevenir totalmente el Alzheimer, se han encontrado ciertos factores de riesgo modificables en el estilo de vida. De acuerdo con Medline Plus, la alimentación, el ejercicio y los hábitos saludables podrían contribuir a reducir dicho riesgo.
¿Cómo reducir el riesgo de padecer de Alzheimer?
Diversos estudios han demostrado que actividades como participar en eventos sociales, leer, bailar, jugar juegos de mesa y realizar actividades artísticas pueden ayudar a preservar las capacidades intelectuales y reducir el riesgo de padecer Alzheimer. Estos hallazgos, compartidos por una entidad sin ánimo de lucro, resaltan la importancia del compromiso mental y social como medidas preventivas.
En cuanto al tratamiento, existen medicamentos recetados para reducir o controlar los síntomas cognitivos y conductuales. Los inhibidores de colinesterasa, como la galantamina, la rivastigmina y el donepezilo, se utilizan para tratar los síntomas leves a moderados. Para los casos de moderados a graves, se receta la memantina, un antagonista del N-metil D-aspartato (NMDA).
El Alzheimer es una enfermedad que impacta la vida de quienes la padecen y de sus familias. La identificación temprana de los síntomas, así como la comprensión de cada etapa, es fundamental para brindar el apoyo y el cuidado adecuados. Asimismo, promover cambios positivos en el estilo de vida puede ser una medida preventiva para esta enfermedad neurodegenerativa que afecta a una parte significativa de la población mayor de 60 años.