Los seres humanos han consumido leche de vaca durante miles de años. Aunque la mayoría de las personas son intolerantes a la lactosa, se ha convertido en un alimento básico en la dieta moderna.
La historia de la leche revela la diversidad y complejidad de la nutrición humana. El consumo de leche ha sido parte de la vida de diferentes culturas y ha sido una fuente de alimento y líquido limpio en momentos de escasez. Aunque algunos deciden no consumir leche de vaca, su importancia en nuestra historia y en la dieta moderna es innegable.
¿Cuándo comenzó el consumo de leche animal por parte del ser humano?
Según los hallazgos arqueológicos, el consumo de leche animal se remonta a hace aproximadamente 9000 años, en la actual Turquía. En la protociudad de Çatalhöyük, se encontraron restos de lácteos mezclados con semillas en un cuenco, lo que indica que la leche formaba parte de la dieta de los antiguos habitantes.
La leche se convirtió en un alimento esencial para los pastores en diferentes partes del mundo. En África oriental, donde el pastoreo ofrecía ventajas en tierras secas, se encontraron individuos que consumían leche de cabra hace 6000 años. En la vasta estepa euroasiática, el pastoreo nómada con diferentes animales como ovejas, cabras y camellos, se convirtió en una forma de vida y la leche se convirtió en un combustible para estas sociedades.
A medida que la agricultura se expandió, el consumo de leche también se extendió por diferentes regiones. En Polonia central, se encontraron evidencias de fabricación de queso en piezas de cerámica que datan del sexto milenio a.C. Además, en la Edad de Bronce, hace unos 3000 años, se utilizaba leche de vaca para destetar a los bebés en la antigua Alemania.
El consumo de leche alrededor del mundo es completamente normal en la actualidad
El consumo de leche ha evolucionado a lo largo del tiempo, y se ha descubierto que existen mutaciones genéticas que permiten a ciertas personas digerir la lactosa presente en la leche. Estas mutaciones se han seleccionado fuertemente en Europa y África Oriental, y se cree que están relacionadas con el pastoreo.
Sin embargo, también se ha observado que la fermentación de la leche en productos como el yogur y el queso reduce la cantidad de lactosa, lo que sugiere que el consumo de leche en Europa podría haberse dado incluso antes de estas mutaciones genéticas.
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