El turismo de avistamiento de ballenas se ha convertido en una actividad cada vez más popular en todo el mundo. Las personas están ansiosas por embarcarse en emocionantes excursiones para ver a estos majestuosos animales de cerca.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas excursiones pueden tener un impacto negativo en las ballenas si no se realizan de manera responsable. A continuación, te explicamos cómo asegurarte de que tu experiencia sea beneficiosa tanto para ti como para las ballenas.
Existen normas para el turismo marino en alrededor de 50 países
La Comisión Ballenera Internacional es la encargada de supervisar la caza y la observación de ballenas en todo el mundo. Establece normas para el turismo marino en alrededor de 50 países, incluyendo el área marina Tenerife-La Gomera, en las Islas Canarias.
Estas normas van desde mantener distancias seguras hasta determinar el tiempo máximo que los barcos pueden permanecer con una manada. Sin embargo, muchos viajeros se enfrentan a dificultades para conocer si los guías locales cumplen con estas normas.
Además, las regulaciones y recursos varían según la región, lo que dificulta la imposición de restricciones generales en todo el mundo. Lo que funciona en un lugar puede no ser efectivo en otro, lo que complica la aplicación uniforme de las normas.
¿Qué tener en cuenta antes de realizar un avistamiento de ballenas?
A pesar de estos desafíos, hay acciones que los viajeros pueden tomar para garantizar una experiencia inolvidable y ayudar a proteger a estos magníficos animales. Es importante familiarizarse con las normas y regulaciones del destino elegido. Muchos países tienen programas de certificación y directrices de observación disponibles en línea.
A nivel global, se pueden buscar guías cerca de santuarios marinos o sitios reconocidos como Patrimonio de Ballenas, programas dirigidos por organizaciones conservacionistas que resaltan las políticas implementadas para reducir los impactos del cambio climático, las colisiones con embarcaciones y los enredos.
Es fundamental tener en cuenta que el cambio climático puede modificar los patrones migratorios de las ballenas y afectar la eficacia de los santuarios marinos. Algunas actividades, como la pesca del cangrejo, pueden seguir siendo permitidas, lo que aumenta el riesgo de enredos. Es importante mantenerse informado sobre las regulaciones y colaborar para la conservación de las ballenas.
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