Los períodos de altas temperaturas, conocidos como olas de calor, pueden tener graves consecuencias en la salud de las personas, según advierten especialistas.
El rango de temperatura corporal normal se encuentra entre 36.5° C y 37.2° C, indica el doctor Jose Luis Navarro Estrada, médico cardiólogo del Hospital Italiano de Buenos Aires y expresidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC). Cuando la temperatura interna se eleva debido a agentes internos, como procesos inflamatorios o infecciosos, se produce la fiebre.
Sin embargo, cuando el aumento de la temperatura no está relacionado con un agente interno, se denomina hipertermia. Es decir, cuando la temperatura corporal asciende a niveles superiores a los normales y el sistema de termorregulación del cuerpo no puede funcionar correctamente.
Esta sería la temperatura máxima que una persona puede soportar
Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, a partir de los 35° C, el mecanismo termorregulador del cuerpo comienza a sentirse sobrepasado. Sin embargo, a partir de los 41° C, este mecanismo puede dejar de funcionar adecuadamente, lo que llevaría a efectos físicos adversos. La pérdida de regulación térmica puede causar un golpe de calor, que puede ser mortal si no se trata adecuadamente.
El doctor Navarro Estrada destaca que los límites de tolerancia varían según la etnia, el entorno ambiental y los factores genéticos. Además, los lactantes y los ancianos son especialmente vulnerables al calor ambiental, pudiendo sufrir consecuencias más graves.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que tanto las condiciones físicas como las condiciones de salud mental aumentan la vulnerabilidad a las temperaturas adversas.
Cómo prevenir un golpe de calor en el cuerpo
A pesar de esto, los efectos del exceso de calor suelen ser agudos y no suelen tener consecuencias a largo plazo, a menos que se produzcan daños neurológicos, renales o cardiovasculares, aclara el especialista.
Es fundamental evitar la exposición excesiva al calor, especialmente durante las horas más calurosas del día, ya que el estrés térmico puede aumentar la carga sobre el corazón y desencadenar problemas cardíacos en personas vulnerables. Además, mantener una hidratación adecuada es esencial, ya que la deshidratación puede aumentar la viscosidad de la sangre y dificultar la circulación, lo que podría agravar afecciones cardíacas preexistentes.
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