La seguridad alimentaria es una preocupación primordial para muchos, especialmente cuando se trata de comer alimentos sobrantes de días anteriores. Un reciente informe revela que la respuesta a la pregunta de si es malo comer alimentos de un día para otro no es definitiva y depende de varios factores, como el almacenamiento y manejo adecuado de los alimentos.
En el artículo se exploran las consideraciones de seguridad y nutricionales relacionadas con el consumo de alimentos sobrantes o preparados previamente. Uno de los aspectos fundamentales es la refrigeración rápida, ya que las bacterias pueden multiplicarse rápidamente a la temperatura ambiente. Por ello, es esencial refrigerar los alimentos rápidamente a una temperatura de 4 grados Celsius o menos.
¿Qué sucede si consumimos alimentos del día anterior?
Es importante prestar atención a las fechas de vencimiento de los alimentos comprados en tiendas o restaurantes, evitando consumir productos después de su fecha límite, pues esto puede aumentar el riesgo de intoxicación alimentaria. Asimismo, algunos alimentos son más perecederos que otros y deben consumirse dentro de unos pocos días después de su preparación o compra, como carnes, pescados, productos lácteos y platos preparados con huevos.
Antes de comer alimentos sobrantes, es necesario verificar su olor y apariencia. Si un alimento huele mal, tiene un aspecto inusual o signos de deterioro, como moho o textura desagradable, lo mejor es desecharlo. Además, al recalentar los alimentos preparados previamente, es fundamental asegurarse de que se calienten a una temperatura segura para matar las bacterias, al menos a 74 grados Celsius.
Los efectos de comer alimentos del día anterior
A pesar de las consideraciones de seguridad, comer alimentos sobrantes cuenta con varias ventajas. Consumir sobras es una forma efectiva de reducir el desperdicio de alimentos, ahorrando tiempo y dinero, pues algunos alimentos desarrollan sabores más ricos y complejos cuando se dejan reposar durante la noche. Sin embargo, es necesario tener en cuenta algunas consideraciones nutricionales, como la posible pérdida de nutrientes con el tiempo y la exposición al aire.
Por último, se recomienda almacenar adecuadamente las sobras en recipientes herméticos y refrigerarlas correctamente, evitando dejar alimentos cocidos a temperatura ambiente durante largos períodos de tiempo. Asimismo, se debe asegurar una variedad nutricional en la dieta, no dependiendo exclusivamente de las sobras como fuente de alimentación.