Cuando suena una melodía, es casi inevitable comenzar a mover nuestros pies. Investigadores del Center for Music in the Brain de la Universidad de Aarhus en Dinamarca han propuesto un marco teórico para explicar este fenómeno y su impacto en nuestro cerebro.
¿Cuál es el impacto de la música en nuestro celebro?
Según el estudio, al escuchar música, nuestro cerebro procesa primero la información sonora y presta atención a sus características. El ritmo y la percepción del pulso son elementos clave que desencadenan una respuesta agradable en nuestro sistema de recompensa, activando las cortezas orbitofrontal y cingulada.
Esta respuesta agradable nos impulsa a bailar, lo que activa regiones de preparación de movimientos como la corteza premotora y el área suplementaria motora. Este sentimiento de conexión con la música se conoce como groove.¿Cómo se produce el instinto de seguir el ritmo?
Además, el sistema de control motor entra en juego, incluyendo el cerebelo y los ganglios basales, regiones que han automatizado o aprendido movimientos en el pasado. Los científicos afirman que todo este sistema se retroalimenta mediante el propio acto de bailar, lo que nos genera placer y nos impulsa a seguir bailando.
Ahora bien, ¿por qué hemos desarrollado este comportamiento que en principio parece no tener una ventaja evolutiva evidente? Estudios recientes sugieren que el arte, incluyendo el baile, provee a los individuos con herramientas para mejorar su éxito, encontrar una pareja sexual e incrementar la comunicación y la cohesión social.
Aunque se consideraba que la danza evolucionó conjuntamente con la música como una forma de protolenguaje, investigaciones recientes sugieren que el baile y la percepción rítmica podrían haber evolucionado por separado.
En cualquier caso, la danza tiene numerosos beneficios para los humanos, tanto a nivel biológico como social y psicológico. Estos estudios nos permiten comprender mejor la fascinante relación entre la música, el baile y nuestro cerebro.
Este nuevo marco teórico aporta una mayor comprensión del instinto humano de seguir el ritmo y los beneficios que nos brinda. El impacto de la música en nuestro cerebro es innegable y, además de hacernos mover, nos proporciona placer y nos conecta con otros seres humanos.