En la sociedad actual, es común experimentar preocupación por la salud cuando se presentan síntomas. Sin embargo, para la mayoría de las personas, una visita al médico basta para tranquilizarse. Pero ¿qué sucede cuando esa preocupación se vuelve constante y persistente, incluso después de haber sido evaluado por un profesional de la salud?
¿Qué es la hipocondría?
En casos como este, puede desarrollarse un trastorno conocido como hipocondría, en el cual la persona experimenta una preocupación excesiva por su salud y magnifica cualquier cambio en su estado físico. Esta condición afecta tanto a hombres como a mujeres por igual.
Las personas hipocondríacas viven constantemente atemorizadas ante la idea de padecer alguna enfermedad grave. Cualquier signo o síntoma, por más leve que sea, puede convertirse en motivo de obsesión y preocupación para ellos. Desde una tos o palpitaciones hasta dolores musculares o cambios en la forma de ir al baño, cualquier síntoma es interpretado como una posible enfermedad grave.
Lo característico de la hipocondría es que las personas no inventan los síntomas, sino que realmente los sienten y los magnifican. Además, no pueden controlar su preocupación y ansiedad al respecto. Esto puede llevar a una búsqueda constante de atención médica, con visitas frecuentes tanto al médico de cabecera como a especialistas, en busca de exploraciones complementarias y pruebas que les brinden tranquilidad. Sin embargo, dicha tranquilidad es solo temporal y no perdura mucho tiempo.
¿Cómo se diagnostica la hipocondría?
Esto se debe a que las personas hipocondríacas son altamente sugestionables desde un punto de vista negativo. Cualquier nueva enfermedad que descubran o de la que escuchen hablar puede desencadenar su imaginación y hacer que realmente sientan síntomas nuevos.
Es importante destacar que preocuparse por la salud no basta para diagnosticar a alguien de hipocondríaco. Existen una serie de criterios que deben cumplirse, como la preocupación constante basada en una interpretación errónea de los síntomas.
Para reconocer a un hipocondríaco, es fundamental la evaluación de un especialista, como un psiquiatra. Un paciente aprensivo, que tiene un temor temporal por padecer una enfermedad, no debe confundirse con uno hipocondríaco. El diagnóstico de hipocondría requiere que el individuo esté convencido de tener una enfermedad sin antecedentes o pruebas concluyentes, y que se encuentre preocupado y asustado durante un período prolongado, en ocasiones superior a los seis meses.
La hipocondría es un trastorno crónico que requiere un enfoque multidisciplinario en su tratamiento. Las personas hipocondríacas suelen experimentar ansiedad, baja autoestima y estado de ánimo bajo. Por ello, muchos psiquiatras recurren a fármacos ansiolíticos y antidepresivos para estabilizar al paciente inicialmente.
Tratamiento de la hipocondría
Sin embargo, el tratamiento de fondo se basa en la psicoterapia cognitivo-conductual, brindada por un terapeuta profesional. A través de diversas técnicas, se busca que el paciente enfrente sus miedos, pierda el temor a la enfermedad y a las reacciones de su cuerpo, y acepte la posibilidad de enfermar como algo normal.
Es crucial que el entorno social de una persona hipocondríaca sea consciente de la condición y la apoye. Si familiares o amigos detectan conductas compatibles con la hipocondría, es importante que contacten rápidamente a un especialista para recibir el apoyo adecuado.
El trastorno de la hipocondría no debe ser ignorado ni subestimado, ya que puede impactar negativamente la calidad de vida de quienes lo padecen.
Esta nota fue realizada con la ayuda de Inteligencia Artificial.
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