Al elaborar tus propósitos de Año Nuevo, puedes pensar que hacen falta 21 días de repetición de una acción para que esa acción se convierta en un hábito. Según expertos, esta estimación de 21 días no es cierta y proviene de un libro de autoayuda de los años 60.
¿Cuánto tiempo realmente se tarda en formar un hábito?
Un estudio basado en el análisis de datos de decenas de miles de personas que van al gimnasio y trabajadores de hospitales de Norteamérica ha revelado algunas pautas interesantes. En este estudio se analizaron dos tipos de hábitos: los relacionados con el ejercicio y los relacionados con el lavado de manos.
En cuanto al hábito de lavarse las manos, se encontró que las personas suelen adquirirlo en una o dos semanas. Esto sugiere que los hábitos simples, como lavarse las manos o cepillarse los dientes, pueden convertirse en rutinas habituales incluso más rápidamente de lo que se creía.
Sin embargo, adquirir el hábito de ir al gimnasio suele llevar meses. Esto se debe a la complejidad y el nivel de compromiso que implica. Ir al gimnasio requiere tiempo, esfuerzo y planificación, y además suele ser un hábito diario, lo que lo hace menos frecuente que otras rutinas. En general, se ha comprobado que un mayor número de repeticiones es clave para crear hábitos.
Los expertos sugieren que si se desea formar rápidamente un hábito en torno a la actividad física, se puede optar por formas más rápidas de ejercicio, como hacer unos cuantos saltos o sentadillas, y realizarlos con frecuencia a lo largo del día.
¿Cuál es la forma de crear un hábito?
Además, se ha descubierto que la formación de hábitos está relacionada con las señales en el entorno. Las señales pueden ser elementos físicos, la hora del día, objetos concretos o incluso las personas con las que se interactúa. Planificar los momentos y lugares adecuados para cumplir con el objetivo deseado es fundamental para el éxito en la formación de hábitos.
Sin embargo, una vez que un hábito está establecido, puede volverse automático y menos flexible en cuanto a cambios de comportamiento. Es por eso que es importante tener cuidado con los comportamientos habituales y asegurarse de que se desea que se conviertan en rutinas permanentes.
En resumen, la formación de hábitos no sigue un número mágico de días, como se creía anteriormente. Cada persona es diferente y los hábitos pueden formarse más rápidamente en algunas áreas, como el lavado de manos, que en otras, como ir al gimnasio. La paciencia y la constancia son clave para establecer rutinas predecibles y duraderas.
Esta nota fue realizada con la ayuda de Inteligencia Artificial.
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