Un nuevo estudio científico revela la importancia de incluir en la dieta diaria una cantidad adecuada de fibra fermentable para proteger el intestino y promover una buena salud.
¿Cuál es la dieta de las 'Big Macs'?
El consumo de este tipo de fibras, conocidas como Big MACs (Carbohidratos Accesibles a la Microbiota, por sus siglas en inglés), está relacionado con una mayor diversidad de bacterias intestinales y beneficios significativos para el organismo en general.
Investigadores han descubierto que las fibras fermentables, presentes en alimentos como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, actúan como alimento para las bacterias buenas del intestino.
Estas bacterias fermentan la fibra y producen ácidos grasos de cadena corta, que brindan energía a las células del colon y contribuyen a una sensación de saciedad prolongada. Además, la fermentación de estas fibras aporta gases y ácidos grasos que regulan la glucemia después de las comidas y mejoran el perfil lipídico.
Según la nutricionista Blanca García-Orea Haro, autora del libro "Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes", una dieta rica en MACs no solo promueve el equilibrio en la microbiota intestinal, sino que también puede ayudar a regular el peso corporal al reducir la ingesta de calorías provenientes de alimentos procesados y azúcares.Si bien esta dieta es beneficiosa para la mayoría de las personas, García-Orea advierte que aquellos que padecen enfermedades inflamatorias intestinales o experimentan síntomas como hinchazón o gases frecuentes pueden requerir modificaciones en su alimentación. Es importante consultar a un profesional de la salud para determinar las mejores opciones de reintroducción de alimentos.
¿Cómo aumentar el consumo de estas bacterias buenas para el intestino?
Para aumentar el consumo de MACs, los expertos recomiendan incluir verduras en las comidas principales, consumir de 2 a 3 frutas al día, incorporar frutos secos crudos o tostados como snack y consumir legumbres al menos 2 veces a la semana. Se estima que la ingesta diaria de fibra recomendada varía entre 20 y 38 gramos, pero es importante no exceder este límite para evitar la interferencia en la absorción de minerales como el calcio, el hierro y el zinc.
Un estudio científico respalda la importancia de incorporar fibra fermentable en la dieta para proteger el intestino. Incluir alimentos como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales brinda beneficios a largo plazo para el organismo y la microbiota intestinal.