Cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha dedicada a crear conciencia sobre los problemas relacionados con la salud del cerebro a nivel global. Este año, el Instituto de Neurología Cognitiva (INECO) informa que la pandemia de COVID-19 ha exacerbado la crisis mundial de salud mental, dando lugar a una "cuarta ola" de nuevos casos y agravando los existentes.
¿Por qué han incrementado los casos de atención mental en los últimos tiempos?
La demanda de atención en salud mental ha alcanzado niveles sin precedentes. Los trastornos de ansiedad, depresión y consumo problemático de sustancias son los más afectados.
Varios estudios, incluyendo los realizados por la Fundación INECO, han registrado un aumento en los síntomas de ansiedad y depresión durante la pandemia. Los temores y preocupaciones en aumento han llevado a una pérdida de interés en aspectos personales. La doctora Micaela Dines, médica psiquiatra del Departamento de Psiquiatría de INECO, destaca que ha habido un incremento de casos depresivos, ansiosos y de consumo problemático de sustancias que se originaron durante la pandemia.
El impacto en la salud mental de los trabajadores de la salud ha sido notable. Por lo tanto, es crucial implementar estrategias de prevención tanto para la comunidad en general como para los profesionales de la salud, para estar preparados en caso de futuras situaciones similares.
Uno de cada cuatro personas tiene un trastorno mental
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que una de cada cuatro personas experimentará algún trastorno mental o del comportamiento a lo largo de su vida. Un estudio epidemiológico realizado en Argentina en 2018 reveló que el 29.1% de la población mayor de 18 años sufre de trastornos de salud mental. Los trastornos de ansiedad son los más prevalentes, seguidos de los trastornos del estado de ánimo, los trastornos por sustancias y los trastornos del control de impulsos.
Es esencial destigmatizar las enfermedades cerebrales y promover el cuidado de la mente. Prestar atención a las señales de alarma que puedan indicar la presencia de un trastorno y buscar ayuda profesional es fundamental. Además, existen factores protectores que reducen la probabilidad de que ocurran estos trastornos, como cambios en el estilo de vida, la práctica de actividad física, una dieta saludable y relaciones interpersonales valiosas.
El bienestar mental es un aspecto crucial para el desarrollo y crecimiento de las personas. No hay salud sin salud mental. Mantener la salud mental se ha vuelto aún más importante en este contexto de pospandemia. Debemos unir esfuerzos para garantizar un acceso adecuado a los servicios de salud mental y para fomentar un entorno que promueva la prevención y el bienestar de todos.