Sí, Índigo ya tiene un año y desde entonces muchas cosas cambiaron en la vida de Evaluna Montaner y Camilo Echeverry, pero todas para bien, porque su hija se ha convertido en las protagonistas de sus vidas.
Y para muestra todo lo que hacen por ella y para ella. Todos los cambios que han dado para seguir haciendo música por el mundo de su lado y que ella empiece a vivir esa vida que sus padres quieren hacer para ella.
Es tanto el amor por Índigo, que en ‘Rincón de la tribu’, un espacio en Internet que Camilo y Evaluna construyeron para sus miles de seguidores, han dejado plasmaos momentos llenos de mucho amor, todos liderados por Índigo. Y uno de esos más especiales fueron los primeros pasos de ella, sola y sin ayuda, pero al mismo tiempo mágicos e increíbles para sus padres.
Los primeros pasos de Índigo desde los ojos de Camilo
En este portal web que es especial para los verdaderos fanáticos de Camilo Echeverry y Evaluna, sin olvidar a Índigo, más de uno quedó conmovido con una historia que Camilo decidió contar, sobre cómo había sido ese momento en el que su hija dio sus primeros pasos.
Para sorpresa de muchos de sus fans, Índigo caminó una semana antes de cumplir su primer año de vida, y aunque Camilo destacó que ella ya lo sabía hacer, estaba guardando ese momento para que fuera especial, para que fuera un regalo de ella para sus padres como muestra de toda esa fuerza y valentía que le han heredado.
Lo que Camilo aprende a diario de Índigo
Pero desde entonces su hija no ha parado de caminar, de vencer miedos y ese ha sido su mayor regalo. “Cada vez que se pone de pie sin sostenerse de nada, explota en carcajadas, celebrando su hazaña. El escándalo al lograr que su piecito se moviera sin perder el equilibrio llegó hasta casa de los vecinos”.
Y por qué se dice que fue un regalo de su hija para él, porque el mismo Camilo contó que en esos momentos en los que la ve celebrando su hazaña, en esos instantes en los que ella confía solo en ella, pero también el “no saber cómo distribuir el peso hacia el frente sin perder el preciado equilibrio”, han hecho que él quiera volver ahí, a esa etapa de su vida en la que todo era nuevo y asombroso.
“La vi, y quise volver a ser como ella, volver a enamorarme de ser un aprendiz, un estudiante, un principiante, un elemental, un nuevo. Ese fue su regalo para mí en su cumpleaños. No la enseñanza de que cada día se puede ser mejor, sino más feliz”, resaltó en su relato y más de uno se deleitó de amor y además pudieron imaginar esos primeros pasos de su hija siendo él un feliz espectador.