La relación entre el periodista Joaquín Cortés (Sebastián Carvajal) y la arquitecta Ana Ocampo (Paola Turbay) parece haber terminado y todo gracias a la cantidad de personas que no los quieren ver juntos y a que dos de las estrategias para separarlos dio frutos: el cheque fraudulento que Ana cree que Joaquín iba a cobrar para luego dejarla, y los juegos de Mona para conquistar al hombre que tanto le gusta, a su jefe.
Mona llegó a la vida de Joaquín, mostrándose como una persona con buenas intenciones y que lo único que quiere es trabajar para aprender de él. Sin embargo, desde el minuto uno ha querido incomodar a Ana y conquistar a Cortés.
Sin embargo, Joaquín no había querido darse cuenta de esas intenciones de Mona en su vida y cree que todo lo que sintió Ana cuando la vio salir de su ducha es sólo una exageración.
Violeta trató de abrirle los ojos a Joaquín acerca de Mona
Sin embargo, su amiga Violeta (Adriana Arango), mejor amiga de la arquitecta, se lo advirtió y él se dio cuenta de que las advertencias son reales por algo que hizo la estudiante y que lo dejó completamente anonadado.
Y es que, como Joaquín logró conseguir un importante puesto en la revista que lo había despedido, le comentó que la quería contratar en ese medio de comunicación y ella, en medio de la emoción, le dio un beso. Él de inmediato la retiró de su lado y le preguntó qué es lo que estaba haciendo.
Mona le declara su amor a Joaquín en Ana de nadie
Mona le dijo que se estaba enamorando de él y que sabe que ella también le gusta a él, pues ha notado cómo la mira y hasta le dijo que, como ya no está con Ana, ya no tiene que disimular que quiere estar con ella.
Él le reiteró que eso no es cierto y que nunca la ha visto con otros ojos diferentes a con los que vería a una asistente.
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