Luego de haber escuchado por boca de la mismísima Violeta (Adriana Arango) que había tenido un romance con Pedro (Carlos Báez) y de ver al joven completamente destrozado tras tener una corta conversación con ella, Joaquín (Sebastián Carvajal) se preocupa por su estado de ánimo y le ofrece ser su paño de lágrimas para que ahogue sus penas.
Aunque Pedro en un principio se niega, termina aceptando la invitación, por lo que terminan en su apartamento tomando un par de cervezas. Al entrar en ambiente, Pedro suelta todos los sentimientos que tiene atorados y le asegura a Joaquín que está perdidamente enamorado de Violeta.
Al escucharlo, Joaquín le manifiesta que lo que él siente en realidad no es amor, sino algo más y que es muy común que esto pase cuando un hombre joven siente atracción por una mujer mayor que él. A lo que él le responde cortante si es exactamente lo mismo que a él le está pasando con su madre.
Joaquín le responde que no es así, y le manifiesta que contrario a él y Violeta, la diferencia de edad entre su madre y él no era tan abismal. Además de que él ya contaba con la madurez suficiente como para saber distinguir el amor del deseo.
Joaquín le intenta hacer ver a Pedro que lo que siente por Violeta no es amor
El hombre de 35 años, decide compartir con Pedro una experiencia vivida años atrás cuando apenas tenía 20 años de edad. Y es que para esa época había tenido una novia quince años mayor que él y estaba dispuesto a dejar toda su vida por seguirle el paso.
Sin embargo, los consejos de sus amigos le hicieron abrir los ojos y darse cuenta que lo que realmente sentía no era amor. De hecho, se atrevió a manifestar que en cuestión de tres semanas había logrado olvidarse de aquella mujer.
Además de esto, Joaquín pone como ejemplo su matrimonio fallido, el cual se llevó a cabo cuando él apenas tenía 23 años, por lo que le aseguró que los veintes eran para disfrutar la vida y que a los 30 se sabía realmente lo que era el amor.
Joaquín intenta hacer que Pedro se enfoque en sus pasiones para olvidar a Violeta
En medio de la conversación, Joaquín le hacer ver a Pedro que hay cosas más importantes en la vida que estar detrás de una mujer que realmente no le conviene como, por ejemplo, retomar su emprendimiento.
De hecho, le ofrece su apartamento para que incursione en el mundo de la culinaria y comience un negocio de comida como tanto lo había querido.
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