Violeta en su momento le debió confesar a Emma que ella también quedó en embarazo. La razón de ese momento era porque Emma también estaba pasando por una situación igual de compleja, pero la diferencia era que Violeta tenía 17 años, y no supo qué hacer.
Emma se sentía igual de perdida, y aunque en su momento, Violeta sí tuvo al bebé, Emma no quería hacerlo mismo, porque sentía que ser mamá no era un rol de su vida que ella quisiera vivir y mucho menos si la persona que amaba, si el padre de la pequeña la había dejado.
Todo sumaba negativo para Emma y por esa razón Violeta decidió que debía confesarle muchas cosas y que ella entendiera que es una decisión complicada, pero es real y que solo ella debía asumir. Emma en su momento le preguntó, cómo hizo ella para avanzar.
Violenta le confesó que no había sido fácil, pero sí la mejor decisión que ella hubiera tomado por ella y por ese bebé, del que ni siquiera supo ni el sexo ni su paradero.
La historia de Violeta que silenció a Ana
Toda esta historia de su vida hizo que Violeta sintiera empatía por Emma, que supiera cómo se sentía y la ayudara. Por eso fue ella la que llegó a la clínica ese día, y por eso fue ella la que asumió muchas cosas que Emma no fue capaz de contarle a su madre.
Pero se enteró. Ana igual se enteró de toda la tormenta que arropaba a su hija, de todos los dolores y temores que tuvo y sobre todo que su amiga Violeta el salvavidas para su vida en esos días. Pese a que ahora ella sigue decidiendo si tener un hijo o no, ya que tenía dos embriones y uno de ellos siguen tomando forma y vida en su cuerpo.
Ana enfrentó a Violeta porque quería saber qué otros detalles le habían escondido, pero no hizo falta, pues sin quererlo Ana descubrió que su hija quería perder al bebé de una forma complicada y Violeta lo sabía.
Y aunque esto no le gustó del todo a Ana, sí le agradeció que haya estado con ella en ese momento tan duro de su vida. Pero también quedó impresionada cuando la misma Violeta le pidió a su amiga que no se metiera en su decisión, que dejara a su hija hacerlo por ella misma porque esa será la decisión más dura que tome en su vida.
Ana y Violeta volvieron a ser inseparables
Ana no entendía la forma y las razones por las que Violeta hablaba así, y justo en ese momento le confesó que ella también tuvo un bebé. Ana no lo podía creer y le preguntó por qué nunca le contó esa parte de su vida, y ella le dijo que no era un tema necesario en ese momento.
Ana quedó sin palabras, pero entendió mucho más el por qué ella se había comportado así con su hija, así que la discusión que habían tenido pasó a un segundo grado y volvieron a hacer las más unidas, mejores amigas.
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