Un estudio revela que entre un 5 y un 10% de los cánceres tienen un carácter familiar o hereditario. Esto significa que se puede transmitir de padres a hijos una mutación genética específica que aumenta la susceptibilidad de padecer un tipo de cáncer. Sin embargo, es importante destacar que tener esta mutación no garantiza que se desarrollará la enfermedad.
¿Se herada el cáncer?
Existen ciertos factores que pueden generar sospechas de que se trata de un cáncer familiar. Uno de ellos es el diagnóstico en personas jóvenes, entre 40 y 50 años, en los tumores más comunes. Otro factor es la presencia de dos cánceres simultáneos o sucesivos en una misma persona. Además, si hay varios casos del mismo tipo de cáncer en la familia, el riesgo aumenta considerablemente.
Es especialmente relevante considerar que el riesgo es mayor cuando los afectados en la familia son de primer y segundo grado. Los cánceres familiares más frecuentes son los de mama, ovario, colon y sistema endocrino. Actualmente se conocen más de 40 mutaciones genéticas que pueden aumentar la susceptibilidad de padecer cáncer.¿Quién tiene más probabilidad de tener cáncer?
Ante la sospecha de un cáncer hereditario, es fundamental realizar un análisis genético para identificar las mutaciones que determinan la susceptibilidad en cada caso. Si el resultado es positivo, se inicia un proceso conocido como Consejo Genético.
Este proceso implica el estudio de toda la familia para identificar a los portadores de estas mutaciones, brindándoles información sobre su probabilidad de desarrollar cáncer y las estrategias para su detección temprana y tratamiento adecuado.
Además, se les realizará un seguimiento continuo para actuar lo más rápido posible, incluso considerando la cirugía en algunos casos, con el fin de prevenir la aparición del cáncer.
Es importante que las personas con antecedentes familiares de cáncer se informen y consulten con especialistas para determinar si existe la posibilidad de un cáncer hereditario. Estas medidas preventivas y la detección temprana pueden marcar la diferencia en el pronóstico y el tratamiento de la enfermedad.