Cada noche, millones de personas eligen compartir su cama con sus mascotas, especialmente con sus perros. Esta decisión, más allá de ser una simple preferencia doméstica, puede tener repercusiones significativas en la salud y el bienestar de ambos. Pero, ¿qué sucede realmente en tu cuerpo y mente cuando permites que tu perro duerma a tu lado?
¿Qué le pasa a tu organismo si duermes con tu perro?
Compartir la cama con un perro puede tener claros beneficios emocionales. Los estudios sugieren que la presencia de un animal en el dormitorio puede ser tranquilizadora, reduciendo los niveles de estrés y ansiedad. El contacto físico, como acariciar a un perro, libera oxitocina en el cerebro, una hormona asociada con sentimientos de felicidad y relajación. Este fenómeno puede ser particularmente beneficioso para personas que sufren de depresión o soledad, ya que proporciona una sensación de compañía y seguridad durante la noche.
Uno de los beneficios de dormir con tu mascota es la reducción de la presión arterial. La presencia de perros durante el sueño puede contribuir a disminuir la presión arterial, lo que favorece la salud cardiovascular. Asimismo, se ha observado que dormir con perros está asociado con niveles más bajos de colesterol, lo cual puede tener beneficios para el corazón.
Se ha mostrado que reduce la sensación de soledad y disminuye los síntomas de depresión y ansiedad. Además, el contacto con los perros durante el sueño puede ayudar a disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que contribuye a una sensación general de calma y bienestar.
Estos son los riesgos de compartir la cama con tu mascota
El primer aspecto a considerar es cómo la presencia de un perro puede afectar la calidad del sueño. Según estudios, aunque la calidez y el ritmo respiratorio de un perro pueden inducir a un estado de relajación más rápido, su movimiento y necesidades nocturnas podrían interrumpir el ciclo de sueño REM, esencial para un descanso reparador. Asimismo, las personas alérgicas o aquellas que son especialmente sensibles a los ácaros y el pelo de mascotas podrían experimentar dificultades respiratorias o alergias que interfieren con un sueño profundo.
Más allá de los efectos emocionales, dormir con un perro también requiere considerar aspectos sanitarios. Es crucial mantener una higiene rigurosa, tanto en el animal como en el lugar de descanso, para evitar la propagación de bacterias y parásitos que podrían ser perjudiciales para los humanos. Además, es importante asegurarse de que el perro haya sido desparasitado y esté al día con sus vacunas para minimizar cualquier riesgo de enfermedades zoonóticas, que son aquellas que pueden transmitirse de animales a personas.
Esta nota fue realizada con la ayuda de Inteligencia Artificial.
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