En muchos hogares, los padres se enfrentan a la preocupación de notar que sus bebés hacen ruidos y se retuercen después de comer. Sin embargo, no es necesario alarmarse, ya que es muy probable que se trate de el pujo en bebés, una situación habitual, especialmente en recién nacidos.
¿En qué consiste el pujo en los bebés?
Los pujos son contracciones involuntarias a nivel de la pared abdominal que ocurren con frecuencia en los bebés, sobre todo cuando son recién nacidos. Este proceso es completamente normal y forma parte del desarrollo evolutivo de los pequeños.
Es común que los bebés que experimentan pujo también presenten otros síntomas, como quejidos, malestar, llanto inconsolable o dificultad para defecar. Además, es posible observar que el bebé frunce el ceño, se retuerce y emite sonidos, especialmente después de comer.
El pujo puede tener varias causas, siendo las más comunes el estreñimiento, el reflujo y la acumulación de gases. Los bebés, debido a la inmadurez de su sistema digestivo, pueden tener problemas para evacuar, lo que puede llevarlos a pujar en busca de alivio.
Además, el reflujo del ácido estomacal hacia el esófago puede resultar en dolor y provocar pujo y llanto en el bebé. Por otro lado, la inmadurez de los intestinos puede dificultar la liberación de gases y la defecación en los bebés, lo que también puede generar pujo.
¿Cómo ayudar al bebé a remediar el pujo?
Para ayudar al bebé a reducir el problema del pujo, se recomienda seguir algunos consejos. En primer lugar, es importante controlar la alimentación del bebé y evitar sobrealimentarlo, ya que estar lleno de leche puede causar dolor de estómago.
Asimismo, es aconsejable ayudar al bebé a expulsar los gases después de cada comida, asegurándose de que esté agarrado correctamente al pecho o a la tetina para evitar la ingesta de aire. Darle unos golpecitos suaves en la espalda también puede ser útil para ayudar a expulsar los gases.
Otro consejo es evitar acostar al bebé inmediatamente después de las comidas, ya que esto puede aumentar los problemas digestivos. En su lugar, se puede fomentar que se mueva un poco después de comer. Además, realizar pequeños masajes en el estómago y moverle las piernas ayudará a mejorar su digestión.
Por último, es importante tener en cuenta si otros factores, como la ropa apretada o un pañal húmedo, pueden estar afectando al bebé. En caso de duda, es fundamental consultar con el pediatra y seguir sus instrucciones, evitando automedicar al bebé o darle remedios caseros.
En resumen, el pujo en bebés es un proceso normal y frecuente en los recién nacidos. Aunque puede generar preocupación en los padres, seguir algunos consejos simples puede ayudar a aliviar esta situación y favorecer el bienestar del bebé. Siempre es recomendable consultar con especialistas para obtener la orientación adecuada y asegurar el cuidado óptimo de los pequeños.
Esta nota fue realizada con la ayuda de Inteligencia Artificial.
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