Según expertos, broncearse ya sea al aire libre o en interiores es perjudicial para la salud. A pesar de la creencia popular de que un bronceado otorga un aspecto saludable, esto no es más que un mito.
La exposición a los rayos ultravioleta (UV) puede aumentar el riesgo de problemas de salud graves, como el melanoma y otros tipos de cáncer de piel.
La razón de los expertos para considerar el bronceado no saludable
La luz del sol contiene rayos UV, una forma de radiación, que pueden causar daños en la piel. Aunque estos rayos ayudan a producir vitamina D en el cuerpo, una exposición excesiva a ellos puede tener consecuencias negativas. La mayoría de las personas pueden obtener la cantidad necesaria de vitamina D con solo unos minutos de exposición al sol dos o tres veces por semana.
Existen tres tipos de rayos UV, pero solo los UVA y UVB pueden llegar a la superficie de la tierra y afectar la piel. El uso de camas solares también expone a los rayos UVA y UVB.
Mientras que los rayos UVB pueden causar quemaduras solares, los rayos UVA pueden afectar más profundamente la piel y estimular la producción de melanina, el pigmento responsable del bronceado. Sin embargo, este bronceado no es más que una respuesta de la piel al daño provocado por los rayos UVA.
El bronceado prolongado puede tener consecuencias graves para la salud. Entre los riesgos más comunes se encuentra el envejecimiento prematuro de la piel, que puede manifestarse en arrugas, manchas oscuras y una textura más gruesa y curtida.
Además, el bronceado aumenta el riesgo de cáncer de piel, incluyendo el peligroso melanoma. Otro trastorno asociado a la exposición excesiva a los rayos UV es la queratosis actínica, una afección que puede volverse cancerosa.
No solo afecta a la piel, sino también a la salud en general. La exposición continua a los rayos UV debilita el sistema inmunológico, lo que puede causar sensibilidad a la luz solar, disminuir los efectos de las inmunizaciones y provocar reacciones adversas a ciertos medicamentos.
Ante estos riesgos, es esencial proteger la piel de la radiación UV. Se recomienda limitar la exposición al sol, evitando las horas pico de mayor intensidad de rayos, entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Además, es fundamental utilizar protector solar con un factor de protección solar (FPS) de 15 o superior, de amplio espectro para protegerse de los rayos UVA y UVB. En caso de tener la piel clara, un FPS de 30 o más sería lo más recomendable. También es importante utilizar gafas de sol que bloqueen los rayos UVA y UVB, y complementar la protección con sombreros y ropa protectora, como camisas de manga larga y pantalones largos de tejidos firmes.
Esta es la forma en la que se podría tener un bronceado sin daños
El bronceado en interiores no es una opción más segura que el bronceado al sol. Las camas solares utilizan luz UVA, que expone a una concentración aún mayor de rayos UVA que el sol, y también a algunos rayos UVB. Algunos jóvenes creen que obtener un "bronceado base" en un salón de bronceado puede protegerlos del sol, pero esto es un error. Este tipo de bronceado daña la piel y no previene las quemaduras solares.
La alternativa al bronceado tradicional se encuentra en los bronceadores sin sol. Estos productos no representan riesgo de cáncer de piel conocido, pero se debe tener precaución al usarlos. La mayoría de los aerosoles, lociones y geles utilizan DHA, un aditivo de color seguro para uso externo aprobado por la FDA. Sin embargo, se debe evitar su contacto con ojos, nariz y boca. Asimismo, estos productos no protegen de los rayos UV al exponerse al sol.
La salud de nuestra piel es importante, por lo que se recomienda revisarla regularmente y, ante cualquier cambio o mancha sospechosa, consultar a un profesional de la salud. Protegerse del daño solar es fundamental para prevenir futuros problemas de salud y mantener una piel sana y radiante.
Esta nota fue realizada con la ayuda de Inteligencia Artificial.
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