Las fresas, aparte de ser deliciosas, poseen numerosos beneficios para nuestra salud. En un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Nevada y la Universidad Estatal de Oklahoma, se determinó que consumir dos porciones y media de fresas al día potencia aún más estas bondades. Por eso, a continuación, te hablamos de los 5 beneficios más destacados de este delicioso alimento.
Beneficios de la fresa que quizás no conocías
1. Favorecen una buena digestión: Las fresas son ricas en fibra, antioxidantes, vitaminas y minerales, lo que las convierte en una excelente opción para mantener un intestino saludable. Sus antioxidantes ayudan en la absorción de nutrientes clave, mientras que la fibra desempeña un papel fundamental en la regulación y facilidad en la digestión.
2. Ayudan en la pérdida de peso: Si estás buscando perder peso o mantenerlo, las fresas son una excelente opción para ti. Aunque son dulces, pueden ser un sustituto saludable para los postres calóricos. Además, su alto contenido en fibra ayuda a retardar la digestión y regular los niveles de azúcar en la sangre.
3. Son una fuente de vitamina C: Las fresas contienen una cantidad considerablemente mayor de vitamina C que una naranja. Una taza de fresas proporciona el 150% de la vitamina C, lo que fortalece el sistema inmunológico y protege contra enfermedades cardiovasculares, arrugas en la piel y problemas de visión.
4. Benefician la salud cardiovascular: Aunque en menor medida, las fresas contienen minerales como el potasio, el calcio y el fósforo, que pueden ayudar a regular la presión arterial y reducir los niveles de colesterol en sangre. Esto disminuye el riesgo de enfermedades como la diabetes y el cáncer.
Descubre las sorprendentes bondades del consumo de fresa para la salud
5. Combaten la inflamación y fortalecen los huesos: Las fresas contienen antocianinas, un pigmento que ayuda a combatir la inflamación en el cuerpo y contribuye a fortalecer los huesos. También estimulan el sistema inmunológico.
Si deseas conservarlas por más tiempo, se recomienda lavarlas, escurrirlas y secarlas antes de guardarlas en un recipiente con agujeros. ¡No olvides desechar las que estén en mal estado! También puedes preservarlas en un recipiente de cristal con papel de cocina para mantenerlas frescas durante cinco días.
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