Sin duda alguna los perros y los animales de compañía son cada vez más importantes en las familias. Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Massachusetts, se descubrió que cuando una madre ve a su hijo y a su perro, se activan las mismas áreas cerebrales, lo cual sugiere que las personas pueden tener una percepción similar entre ambos.
La investigación consistió en analizar las respuestas neuronales de madres al mostrarles fotos de sus hijos y sus perros. Los resultados mostraron que las áreas cerebrales relacionadas con las emociones, la recompensa, la afiliación, el procesamiento visual y la interacción social se agitan de manera similar en ambos casos. Esto lleva a la conclusión de que, al menos a nivel cerebral, las personas pueden ver a sus perros como si fueran sus propios hijos.
¿Los perros son como hijos?
Además, se destaca que el ser humano ha evolucionado para preocuparse por el bienestar de su comunidad, lo cual incluye a los animales de compañía. Esta relación única entre humanos y perros se remonta a más de 50.000 años, desde el proceso de domesticación que inició con los lobos.
Aunque los científicos evitan usar el término "amor" al referirse a los sentimientos de los perros hacia los humanos, existen señales que demuestran un fuerte vínculo entre dueño y mascota. La presencia de la hormona y neurotransmisor oxitocina en las interacciones entre perros y humanos es evidencia de la codependencia emocional bidireccional en esta relación.
Esto dicen los expertos sobre si los perros son como hijos
En el año 2015, se descubrió que cuando los humanos miran a los ojos de sus perros, se producen niveles similares de oxitocina. Además, los perros poseen en su ADN los genes GTF21 y GTF2IRD1, los cuales influyen en los comportamientos y formación de vínculos sociales más fuertes y duraderos.
Esta investigación revela la complejidad de la relación entre perros y humanos, producto de una larga historia de convivencia y evolución conjunta. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la humanización de las mascotas puede tener consecuencias psicológicas y físicas tanto para los animales como para los dueños.