Los traumas emocionales, en especial los del pasado, suelen ser difíciles de superar y requieren de meses de terapia que, no siempre, son asequibles. Sin embargo, ahora la ciencia brindó una solución para cerrar este tipo de heridas duraderas.
También te puede interesar: Qué es la 'vida lenta' y por qué la generación Z está tan interesada en ella.
El arte y la meditación ayudan a superar los traumas de infancia
Un estudio de la Universidad Oberta de Catalunya demostró que la meditación tipo ‘mindfulness’, de conciencia plena, combinada con expresiones artísticas como baile, música, dibujo o teatro, y algo de terapia psicológica trae varios beneficios para las personas que vivieron situaciones traumáticas.
El estudio mencionado anteriormente fue publicado por la revista Scientific Reports y también participaron la ONG “Inocencia en Peligro Colombia”, la Universidad de Santander de Colombia y el Centro para la Investigación de Mentes Saludables de la Universidad de Wisconsin-Madison en Estados Unidos.
Las enfermedades que pueden tener los niños que sufran traumas
De acuerdo con los resultados del estudio, quienes son víctimas de violencia infantil, negligencia, violencia emocional o sexual, o crecimiento en un hogar disfuncional con padres con enfermedades mentales, adicciones, alcoholismo, miembros de la familia encarcelados o separación de los padres; tienen heridas tanto físicas como mentales que tienen consecuencias a largo plazo.
Se trata de tener, más adelante, enfermedades como diabetes, cardiopatías, obesidad, cáncer, enfermedades respiratorias y mentales, además de ser más propensos al consumo de alcohol y de drogas.
El estudio se hizo con niñas entre los 13 y 16 años, a quienes dividieron en dos grupos. El primero de ellos siguió con sus rutinas diarias comunes y el segundo asistió a un programa de terapia que incluía sesiones de yoga, prácticas de meditación “mindfulness” guiadas y actividades de expresión artística.
Al final, tuvieron dos sesiones grupales de un tratamiento psicológico de desensibilización y reprocesamiento de la experiencia traumática.
El estudio demostró que, con estas actividades, se producen cambios epigenéticos que reducen los riesgos a sufrir las enfermedades derivadas del trauma.