En algún momento del día, ya sea al despertar, por cansancio o por estrés, hay un gesto que se repite con relativa frecuencia, frotarse los ojos. Entre las causas del frotamiento puede ser un síntoma de alguna alergia o síndrome de ojo seco no diagnosticado.
¿Por qué es malo frotarse los ojos y cuáles son las consecuencias?
El frotarse los ojos puede traer graves consecuencias para la salud ocular si se realiza de manera continuada. Los especialistas recomiendan evitarlo y buscar alternativas como cerrar el párpado o parpadear.
Además, se puede observar un enrojecimiento en los ojos tras frotarlos, ya que los vasos sanguíneos pueden romperse con el gesto.
Frotarse los ojos también puede tener efectos negativos en la apariencia del rostro, ya que la zona alrededor de los ojos es delicada y propensa a las líneas de expresión, bolsas y ojeras. Estos problemas estéticos se derivan de la constante tensión ejercida al frotar los ojos.
Otro peligro asociado al frotamiento ocular es el desarrollo del queratocono, una enfermedad en la que la córnea se deforma y debilita, afectando la visión. Además, se puede rayar o dañar la córnea con este gesto.
Estas son las graves consecuencias de frotarse los ojos
En el caso de personas con glaucoma, el frotamiento ocular puede dañar el nervio óptico y aumentar la presión dentro del ojo. Asimismo, aquellos con miopía o enfermedades de la retina tienen un mayor riesgo de sufrir un desprendimiento de retina si se frotan los ojos con frecuencia.
Si el frotamiento se debe al picor causado por alergias, también se puede agravar el malestar, ya que los alérgenos presentes en las pestañas pueden transferirse a los ojos.
Es importante tener en cuenta que después de una cirugía ocular, como la realizada con el método LASIK, no se debe frotar los ojos bajo ninguna circunstancia, ya que podría desprenderse el flap que se ha levantado durante la operación.
Para aquellos que experimentan picor o la necesidad de frotar los ojos con frecuencia, se recomienda usar lágrimas artificiales para lubricarlos y mantenerlos limpios. Sin embargo, siempre es importante consultar a un oftalmólogo para determinar la causa del malestar y elegir la solución adecuada para cada persona.
