Poner límites a los niños y niñas es una herramienta fundamental para su desarrollo emocional y su seguridad. No se trata solo de enseñarles lo que está bien y lo que está mal, sino también de permitirles aprender, adaptarse a las normas y sentirse valorados.
Es por eso que papás, mamás y cuidadores deben proporcionar una estructura comprensible que les permita entender su entorno y les brinde orientación en la vida. Sabiendo lo desafiante que puede ser esta tarea, compartimos ocho consejos prácticos para poner límites de manera eficaz.
Consejos para aprender a poner límites a los niños y niñas
El primer consejo es exponer a los niños y niñas a las "consecuencias naturales" de sus actos. Por ejemplo, si un niño se niega a hacer los deberes, permitirle ir a la escuela sin ellos y enfrentar las consecuencias de su decisión. Luego, en familia, se puede conversar sobre la experiencia y lo aprendido.
Es importante tener en cuenta que cada niño y niña es diferente y que la edad también influye en su desarrollo. Informarse y conocer a los niños nos ayudará a entender mejor sus necesidades y adaptarnos adecuadamente a ellas.Si sabemos que un niño no está preparado para una determinada situación, es mejor evitarla. Por ejemplo, si ir al supermercado suele desencadenar berrinches, es mejor esperar hasta que el niño pueda tolerarlo mejor.
Cuando un niño o niña rompe una regla que conoce, se le puede privar de una actividad que disfruta. Esta no debe ser vista como una forma de castigo, sino como parte de un acuerdo establecido previamente entre el niño y el adulto.
Si un niño no está en condiciones de escuchar o se niega a hacerlo, se puede llevarlo a un lugar tranquilo por un tiempo razonable. Después, en familia, se puede hablar sobre lo sucedido y buscar soluciones a la situación que llevó a esa consecuencia.
En algunos casos, ante comportamientos irritantes y repetitivos de los niños, ignorarlos puede ser una solución efectiva. Al principio, es posible que empeoren, pero con el tiempo, estos comportamientos se debilitarán hasta desaparecer.
Recuerda que bajo ninguna circunstancia se debe recurrir a los gritos ni mucho menos al maltrato físico
Es importante recordar que nunca se debe recurrir a la violencia física como opción para lograr que un niño obedezca. Pegar no es una solución y solo empeora la situación. Como reflexiona la psiquiatra infantil Natalia Trenchi, es fundamental buscar alternativas más positivas.