En ocasiones, los perros pueden reaccionar de forma imprevista y llegar a morder a personas u otros perros. Ante esta situación, es importante saber cómo actuar de manera responsable y garantizar la seguridad de todos los implicados.
Recomendaciones para la tenencia responsable
Según el entrenador canino Daniel Villamil, si sabemos que nuestro perro tiene problemas de reactividad o agresividad, debemos ser responsables y utilizar un bozal para evitar cualquier accidente. En caso de que el perro haya mordido a otro perro, lo primero que debemos hacer es detener la interacción y separarlos de forma segura para evitar más confrontaciones y posibles lesiones.
Es recomendable utilizar la correa para controlar a los perros y evitar lesiones adicionales. Además, se debe evaluar las heridas de ambos perros y buscar atención veterinaria si es necesario. También es importante intercambiar información con la otra persona afectada, como nombres, números de teléfono y carnés de vacunas, para facilitar cualquier trámite con el veterinario.
En casa, con la ayuda de un profesional, debemos determinar la causa del comportamiento agresivo del perro y comenzar un plan de entrenamiento y socialización.En caso de que mi perro muerda a una persona
En caso de que el perro ataque a una persona, lo primordial es asegurar la herida y asegurarse de que reciba atención médica de manera inmediata. También se debe recopilar información sobre el perro, como su carné de vacunas y números de contacto, para verificar su estado de vacunación y descartar la transmisión de enfermedades como la rabia.
Dependiendo de la víctima, se podrá interponer una demanda legal en este caso. Es importante evaluar cuál fue el detonante de la agresión y tener en cuenta que no siempre es culpa del perro, ya que muchas veces la persona invade el espacio del animal y este reacciona por miedo o reactividad.
Si el perro presenta conductas agresivas de manera reiterada, puede ser solicitado por las autoridades para investigar los casos. En estos casos, existen dos posibles escenarios: la familia deberá comprometerse a seguir un plan de modificación de conducta y demostrar que el perro puede ser rehabilitado y comportarse correctamente en sociedad, o la decisión tomada por la entidad competente puede ser la eutanasia del perro, considerándolo potencialmente agresivo y entendiendo que la familia no cuenta con las capacidades para manejarlo.
Es fundamental actuar de manera responsable en estos casos, cumpliendo con las obligaciones legales y éticas establecidas por la ley, para garantizar la seguridad de todos los involucrados.