La vida moderna está llena de actividades y estímulos que dificultan desconectar y relajarse por completo. Sin embargo, nuestro cerebro necesita ese descanso para repararse y restaurarse. Te contamos cinco formas de conseguirlo.
Conoce aquí cómo conseguir que el cerebro descanse
El sueño es el único lugar (casi) seguro al que nuestro cerebro puede recurrir para relajarse. Por lo tanto, es fundamental dormir lo suficiente. Según explicó la investigadora principal de la Unidad del Consejo de Investigación Médica para Lifelong Health and Aging y profesora del University College London, Victoria Garfield, cuando dormimos, nuestro cerebro tiene la oportunidad de no estar conscientemente involucrado en un cambio de tareas durante todo el día.
Esto mejora nuestra función cognitiva y nos hace sentir mejor al día siguiente, ya que nuestras células cerebrales tienen la oportunidad de descansar, regenerarse y reponerse.
Durante una década, Garfield ha estudiado el sueño y ha buscado comprender por qué es tan importante para el cerebro y el cuerpo, especialmente a medida que envejecemos. Décadas de evidencia respaldan la idea de que dormir muy poco o demasiado se asocia con un mayor riesgo de padecer afecciones como diabetes, presión arterial alta, ataque cardíaco, demencia, apnea del sueño, ansiedad y depresión.
¿Cómo contribuyen las siestas en nuestro cerebro?
Recientemente, el equipo de Garfield descubrió que las siestas habituales están asociadas con un mayor volumen cerebral total. Según su investigación, las siestas pueden incrementar el volumen cerebral en aproximadamente 15 centímetros cúbicos, lo que equivale a entre 2,5 y 6,5 años de envejecimiento. Esto es relevante ya que un menor volumen cerebral se relaciona con enfermedades, una mortalidad temprana y niveles más altos de estrés.
Para asegurarnos de que nuestro cerebro esté bien descansado, Garfield ofrece cinco consejos. En primer lugar, es importante dormir entre 7 y 9 horas por noche, dependiendo de nuestra edad. Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días también es fundamental para prepararnos para obtener esas horas de sueño necesarias.La siesta también puede ser beneficiosa para el cerebro, siempre y cuando no exceder los 30 minutos. No obstante, se han encontrado estudios que relacionan las siestas con un mayor riesgo de hipertensión arterial e ictus, así como de ser diagnosticado con Alzheimer.
Aparte del sueño y las siestas, moverse es igualmente importante. Salir a caminar y desconectar de los dispositivos electrónicos mientras se está en contacto con la naturaleza, según Garfield, puede ser beneficioso para el cerebro.
Además, Garfield recomienda actividades que requieran menos energía cerebral, como ver televisión o hacer las compras, siempre y cuando no estén relacionadas con el trabajo. Asimismo, es importante evitar el uso de dispositivos electrónicos una hora antes de ir a la cama por la noche.
Es importante recordar que cada persona es única y estas recomendaciones pueden variar según las necesidades individuales. No obstante, seguir estas cinco formas de conseguir descanso puede ser beneficioso para nuestro cerebro y bienestar en general.