En una fría noche de Navidad de 1943, las vidas del príncipe Felipe y de la reina Isabel ll se cruzaron para siempre. Los futuros esposos se conocieron gracias a un amigo en común que llevó a él al Castillo de Windsor.
El flechazo fue casi de inmediato, en poco tiempo el príncipe y la reina entablaron un gran vínculo y se hicieron más unidos; ni siquiera la Segunda Guerra Mundial pudo separarlos.
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Felipe sirvió para el Ejército británico en el conflicto que duró cerca de seis años y que culminó con la derrota de los nazis de Adolf Hitler en 1945. Y es que, en medio de las balas, las ametralladoras y los aviones de guerra, Felipe e Isabel se escribían cartas regularmente.
Aunque parecía que el mundo llegaba a su fin por el hambre de poder de Hitler, los jóvenes daban rienda suelta a sus sentimientos y se enamoraban cada vez más. Apenas contó con un permiso, lo primero que hizo Felipe fue buscar a Isabel ll y proponerle que se casaran, sin embargo, el padre de ella no aprobó la unión en ese momento, dado que quería que su hija cumpliera los 21 años.
Jorge Vl, padre de Isabel ll y rey de ese entonces de la corona británica, cumplió con su palabra y dio vía libre al matrimonio de su hija y el príncipe Felipe un 20 de noviembre de 1947 en una gran ceremonia que se celebró en la Abadía de Westminster.
La unión fue muy bien aceptada por los británicos y el mundo en general, puesto que años atrás Felipe había sido coronado príncipe de Dinamarca y Grecia, además, se había graduado con honores como cadete.
Del matrimonio nacieron cuatro hijos: Carlos, Ana, Andrés y Eduardo de quien se presume tiene la primera posibilidad de heredar su título de duque de Edimburgo. Felipe e Isabel ll estaban ad portas de completar 74 años de casados, pero la muerte los separó. Aún así, y a pesar de los escándalos de infidelidad que salieron a la luz en algún momento, los esposos reales se consolidaron como una pareja ejemplo para sus herederos.
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Ahora, sin la presencia física del también conde de Merioneth y barón de Greenwich, la reina Isabel ll se queda sin su cómplice, su compañero fiel y el hombre que le dio fortalezas en los momentos más tensos que ha vivido la Casa Real Británica en las últimas décadas.
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