Yeferson Cossio es uno de los influenciadores más sonados y conocidos en Colombia, es normal ver que el antioqueño sea tendencia en plataformas digitales, especialmente en Instagram donde se destaca por tener más de 10 millones de seguidores que a diario están al pendiente de lo que hace, compra o publica el creador de contenido.
Recientemente, el influenciador decidió abrir un espacio de preguntas para que sus seguidores le indagaran de manera abierta y libre sobre cualquier aspecto de su vida privada que les generara curiosidad.
Como era de esperarse esta dinámica no pasó por desapercibida entre los fanáticos del antioqueño quienes aprovecharon para hacerle preguntas directas o también para hacerle preguntas curiosas como por ejemplo su gusto por los tatuajes.
El antioqueño lleva tatuado prácticamente el 90% de su cuerpo, por lo que en él ver un espacio de piel libre de tinta es difícil, de ahí la duda al parecer de su seguidor, quien le preguntó de manera directa que por qué tenía tantos tatuajes.
¿De dónde nació el gusto de Yeferson Cossio por los tatuajes?
El antioqueño decidió contestar a la pregunta de su seguidor con total sinceridad y por eso le explicó que era un gusto que a la vez odiaba, ya que no le gustaba sentir dolor en su cuerpo.
Sin embargo, aseguró que todo empezó con un tatuaje en su hombro que había decidido hacerse ahí de manera estratégica según él para que solo se le viera con camisetas tipo esqueleto o sin ellas.
Pero según contó desde ahí empezó el gusto por empezar a tatuarse diferentes partes como sus brazos, pecho, espalda y demás, esto según él como una especie de adicción por tapar su piel.
Cuando me tatué empecé a ver mi piel toda vacía y empecé que un brazo, que el pecho, abdomen. Odio el dolor y tatuarme, pero uno se ve esos espacios vacíos, enserio es muy adictivo.
Yeferson Cossio reveló que era cristiano y odiaba los tatuajes
El antioqueño también reveló en su dinámica que, años atrás era fiel seguidor de la religión cristiana por lo que tenía otros pensamientos y creencias, una de ellas era que los tatuajes eran malos y que si llegaba hacerse uno no podría conseguir trabajo.
Yo antes era cristiano y me daba embarrada tatuarme.
Sin embargo, según contó desde que decidió no ser más seguidor de esa religión fue que empezó a tatuarse y con el tiempo cada vez quería más, hasta el punto de llegar hoy en día a tener casi por completo su cuerpo de tinta.
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