Sebastián Martínez goza de un gran momento en las pantallas de televisión en el último tiempo, pues recientemente logró ganarse miles de elogios por su papel en "Pálpito" serie de la plataforma de streaming estadounidense Netflix, en donde mostró sus dotes de actuación como villano, donde le dio vida a Zacarias Cienfuegos, un hombre de mucho poder que contacta con el terrible negocio de tráfico de órganos para salvar la vida de la mujer que más ama; este personaje de Sebastián dividió las opiniones de las personas, pues cometió un acto ilícito por amor, algo que algunos justificaron y otros criticaron, pero lo que si están en común todos los televidentes es que Sebastián se fajó con su papel.
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Ahora el actor paisa lo vemos en una faceta en la pantalla totalmente diferente, dándole vida un divertido, noble y simpático vendedor en Hasta que la Plata nos Separe, su personaje de Rafael Méndez ha dejado ver su carisma y chispa para personificar a un divertido y espontaneo hombre, el cual se gana la vida y mantiene a su mamá y hermana vendiendo toda clase de productos en su viejo vehículo y en su bicicleta, pero que una noche por el afán cometió una imprudencia al maneja y su camino se cruzó con el de Alejandra Maldonado (Carmen Villalobos), un choque con el destino que le dio un giro de 180 grados a la vida de ambos.
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Sebastián aparte de su exitosa vida laboral, goza de una vida familiar tranquila, donde desde hace más de 16 años está junto a la también actriz Kathy Sáenz, con quien tuvo un hijo llamado Amador, Martínez ha dejado ver en sus redes sociales su amor y cercanía a su familia, algo que comparte con su personaje de HQLPNS.
Un mensaje de su sobrino que lo marcó
Sebastián decidió activar la cámara de su celular para contarles a sus seguidores algo que le había sucedido recientemente, pues el actor envió un audio a uno de sus sobrinos por WhatsApp, hasta ahí todo normal, pero la sorpresa de él fue cuando su sobrino le contestó que qué le pasaba al enviar un audio tan largo.
Uno ya sabe que está grande y que los años están pasando, cuando uno le envía una nota de voz a un sobrino, y el sobrino le dice que por un minuto y veinte, que esa nota de voz tan larga, cuando en mi caso tengo notas de dos, tres minutos.
Esta respuesta puso a pensar a Sebastián sobre su edad, pues para él es normal enviar audios largos explicando mejor las cosas o complementando mejor sus ideas, algo que para la generación actual no es para nada normal, pues la inmediatez con la que se vive hoy en día es de otro nivel.