El creador de contenido digital colombiano Yeferson Cossio sorprendió hace poco a sus cientos de seguidores al revelar que había viajado en las últimas horas desde Tokyo, Japón, hacia Colombia con el único fin de caerle de sorpresa a su expareja Jenn Muriel, quien este 5 de octubre sería condecorada con importante reconocimiento.
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A través de su cuenta oficial de Instagram, en donde acumula cerca de diez millones de seguidores, el influenciador compartió el momento exacto en el que sorprendió a la también creadora de contenido minutos antes de que iniciara la ceremonia de condecoración en la que recibió la cinta presidencial honor de excelencia por su carrera, sus actos sociales y obras de ayuda con las mascotas.
EL REENCUENTRO DE COSSIO Y JENN
Según se puede ver en el audiovisual, Yeferson Cossio espera a un costado de una gran puerta en la que minutos después la joven entra. Al verla, el influenciador se acerca a ella para abrazarla, pero para ese momento Jenn aún no asimila que se trata de él y con la mirada en el suelo sonríe para luego con un gesto de sorpresa, y tras un estado de shock, darle un fuerte abrazo mientras las lágrimas corren por su rostro.
El creador de contenido aprovechó el momento para expresar que, aunque su relación había terminado meses atrás, el amor que siente el uno por el otro jamás iba a desaparecer. Además, reafirmó su intensión por ver a la joven siempre feliz.
“Aunque ya no seamos pareja y con el pasar de los días nos alejemos lentamente más y más, siempre vamos a ser familia, el amor no se irá nunca, solo se irá transformando. Sin importar cuanta distancia tomemos, mi objetivo -el mismo que tuve los casi 10 años a tu lado- sigue siendo el mismo: verte feliz, verte triunfar”.
Además de esto, el influenciador recordó cómo habían sido los inicios de Jenn y todos los obstáculos que tuvo que atravesar para llegar a estar en donde hoy día se encuentra.
“Eras una niña y nada te salía bien, creciste sin una figura paterna y en parte yo adopté ese rol: necesitabas que te protegiera de todo, que te enseñara todo, que te motivara, que te regañara cuando procrastinabas, etc. Muchas veces no te salían las cosas y te frustrabas, pero seguías con la frente en alto y, ¿mírate ahora? ¡Eres toda una mujer!”.