La Reina Isabel II, quien falleció este jueves 8 de septiembre a sus 96 años en Balmoral, se caracterizó por su elegancia y firmeza durante las 7 décadas que estuvo dirigiendo la monarquía británica.
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La dirigente de la realeza de Inglaterra fue un referente para el mundo de la moda, así es que sus refinados trajes y lujosas joyas continuamente daban de que hablar. Oro, diamantes, esmeraldas y perlas siempre estaban incluidos en los outfits de la Reina.
No en vano, la realeza británica tiene una de las colecciones de reliquias y joyas más impactantes en el mundo. Así quedó demostrado en las exhibiciones que hicieron en Inglaterra por cuenta de la celebración del Jubileo de Platino de la Reina Isabel II hace unos meses.
Los palacios de Buckingham, Windsor y Holyroodhouse fueron los escenarios perfectos para exhibir los tesoros que durante siglos se han heredado de generación en generación los miembros de la monarquía.
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El collar Delhi Durbar
Quizá una de las joyas más llamativas es el collar Delhi Durbar con 9 esmeraldas y un colgante de 8.8 quilates. De acuerdo a la información oficial, estos fueron extraídos del Cullinand, el diamante más grande que se haya encontrado en la historia.
Las lujosas coronas
El día de la coronación de Isabel II en 1953, la Reina habría usado dos coronas. La primera denominada Corona de San Eduardo y la segunda, quizá con un mayor valor sentimental, la Corona del Estado Imperial, la misma que usó su padre para la ceremonia de coronación.
Esta última pesaría más de 1 kilo y está hecha de: oro, más de 2.800 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas, casi 3 centenas de perlas y 4 rubíes.
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Elegantes broches
Isabel II tenía invaluables broches para acompañar cada uno de sus atuendos. Una de las colecciones más numerosas de la Reina, pues tenía un broche por cada una de los países que pertenecen a la denominada Mancomunidad de Naciones. De esta forma, cada vez que hacia una visita oficial a alguno de estos países o recibía a sus dirigentes, la Reina usaba un broche representativo de esta nación.
Asimismo, tenía un juego de cuatro broches, uno por cada nación del Rino Unido. Todo estos, por supuesto, con piedras preciosas incrustadas.
Según ha informado la prensa inglesa, el número de alhajas de la fallecida Reina puede superar los 300 entre tiaras, aretes, anillos, broches y collares. Algunas de estas lujosas reliquias no se pueden heredar pues son propiedad de la Casa Real y deben pasar a las manos de los futuros lideres de la monarquía.
También se cree que gran parte de las joyas personales de Isabel II pasarían a pertenecer a Kate Middleton, ahora princesa de gales, y su hija Lilibeth. Camila de Cornualles, ahora reina consorte, también tendría acceso a algunas de éstas.