La empresaria de keratinas Juliana Calderón, conocida en el mundo digital gracias a su polémica hermana Yina Calderón, quiso tener un lindo gesto con sus empleados, pero no todo fue color de rosas ya que decidió incluir un desagradable regalo.
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A través de las historias de su cuenta oficial de Instagram, la joven influenciadora dejó ver la preparación de una divertida actividad que se ha puesto de moda por estos días en las redes sociales para sorprender a las empleadas de su empresa de keratinas.
La actividad consta de tomar varios vasos desechables y en su interior incorporar diversos premios de diferente valor para luego taparlos con un papel y pegarlos en una especie de cartulina para que quede como un tablero. La idea de esto es que los participantes escojan un vaso al azar y se encuentren con premios de bajo o alto valor.
Este tipo de dinámicas se le han visto a diversos creadores de contenidos, entre ellos a Amy Rodríguez, el youtuber que dedica sus videos a un público infantil.
UNA ACTIVIDAD A OTRO NIVEL
Según se pudo evidenciar en los audiovisuales compartidos por la mujer, se puede ver cómo, con ayuda de una de sus hermanas, llena varios vasos con varios billetes de diferente valor. De hecho, en la mesa se visualizan varios billetes de cincuenta mil.
“Aquí estamos haciendo un jueguito con mi hermana para los chicos que me ayudan en la empresa. Entonces vamos echar en los tarritos billetes y pues el que coja el billete, el vasito, pues gana el billete. En otras no vamos a poner nada, en otras una fresa o algo así”, explica la joven mientras enseña la mesa en la que tiene todo organizado.
Sin embargo, en su siguiente historia, la joven mujer dejó ver un desagradable detalle que muchos internautas clasificaron de asqueroso, poco higiénico y bastante desagradable. Resulta que a Juliana Calderón se le ocurrió la idea de depositar en algunos de los vasos varios escupitajos, según ella misma cuenta, lo hizo en forma de broma “pa’ que aprendan”.
“Aquí dejamos todos los vasitos para que las chicas cojan. A uno les eché un gargajo pa’ que aprendan (risas)”, puntualizó.
Aunque Calderón dejó ver cómo había quedado todo listo para que sus empleados participaran de la actividad, no enseñó si se llevó a cabo o no, mucho menos cómo habían reaccionado aquellos que se encontraron la desagradable sorpresa.
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