Jhonny Rivera dejó a un lado por un momento su extenuante agenda de conciertos para irse de rumba con su novia, Jenny López. El pereirano se fue para una discoteca que está ubicada cerca de su finca y reveló que desde hace tiempo tenía ganas de ir allí.
Jhonny Rivera, de rumba con Jenny López
El artista contó que siempre le llamaba la atención ver que la discoteca se llenaba los domingos, por ende, quiso verificar con sus propios ojos qué tan buena era la rumba.
Jhonny acudió al lugar con su pareja y otros amigos; gozó de la música y del trago y, sobre todo, del gran acogimiento de las personas que en ese momento se encontraban en la discoteca.
Los “rumberos” al ver que Jhonny estaba en el lugar no perdieron la oportunidad para saludarlo y tomarle fotos. Además, lo pidieron que cantara ‘El intenso’, una de las canciones más reconocidas del pereirano.
Hace mucho queríamos ir a una discoteca que queda cerca de mi vereda y la pasamos increíble, hasta resulte cantando el intenso jajaja
Los seguidores de Rivera destacaron la humildad del cantautor y le dejaron muchos mensajes de cariño en la caja de comentarios.
“Cuando vas a una discoteca a bailar y resultas cantando. Don Jhonny es el mejor”, “divino”, “que chi&%$ estar en un lugar público y encontrarse con Jhonny”, “la canción que nunca pasará de moda”, “esa canción no pasa de moda”.
Un motivo de mucho orgullo para Jhonny Rivera
Jhonny Rivera vivió un fin de semana único y diferente; no solo por haber cantado en una discoteca una de sus mejores canciones, sino por el gran logro que alcanzó su hijo Andy.
Andy Rivera fue telonero de Karol G en su segundo concierto en el estadio El Campín de Bogotá y Jhonny se mostró muy orgulloso. El cantautor estuvo cerca del escenario y miró atentamente la presentación de su primogénito, que, contrario a él, se inclinó por el género urbano.
Ante una multitud de personas, Andy cantó sus mejores éxitos y llenó de emoción a todos los espectadores. Mientras lo grababa, Jhonny soltó algunas lágrimas y le agradeció a la gente por apoyar y animar todo el tiempo a su hijo en un reto tan difícil.