Daniela Álvarez es una de las mujeres más queridas y admiradas de nuestro país, su extensa carrera como modelo, presentadora y reina de belleza la hicieron merecedora del gran cariño por parte de los colombianos.
Sin embargo, el nombre de esta presentadora tomó mucha más fuerza en el 2020, desde que se conocieron la serie de episodios médicos que la obligaron a ingresar al quirófano; desde ese momento, Daniela se convirtió en sinónimo de fortaleza
El día que a Daniela Álvarez le cambió su vida
Para poner un poco más en contexto a los lectores, basta con viajar al año 2020, exactamente el 13 de junio, una fecha que Daniela Álvarez recordará toda su vida, y esto se debe a que luego de haberse enfrentado a varios procedimientos, la modelo pasó por la amputación de parte de su pierna izquierda.
Ese mismo año, Daniela asistió al médico, porque le detectaron una pequeña masa en su abdomen; y aunque el procedimiento de extracción parecía sencillo, ocurrió algo inesperado. El tumor estaba adherido a la arteria aorta, por lo que la cirugía se complicó y tuvo que ser intervenida en varias oportunidades.
Luego, el médico se percató de que no estaba corriendo sangre por su pie izquierdo, a raíz de esto tomaron la decisión de amputarle parte de su pierna.
Lo cierto es que Daniela siempre se ha mostrado luchadora, fuerte y con ganas de salir adelante, este percance en su vida la motivó más a vivir su vida, a querer a su gente y a luchar por lo que tanto la hace feliz, demostrando que la fortaleza y la persistencia logran grandes cosas en el día a día.
Daniela Álvarez volvió a esquiar y está feliz por esta oportunidad
Desde ese momento, Daniela ha registrado a través de sus redes sociales diferentes momentos. Además, aprovecha cada oportunidad para enviar mensajes de fortaleza y unión, porque cuando se quieren las cosas, por más difíciles que sean de cumplir, si hay voluntad, todo se puede.
En las últimas horas, y por medio de su cuenta oficial de Instagram, Daniela Álvarez les contó a sus fans una excelente noticia, pues después de varios años volvió a esquiar, situación que la hace muy feliz, aunque hoy en día sea mucho más retadora por su condición.
Algún día esquié con mis dos piernas, aquí estoy nuevamente para intentarlo sentada en un mono esquí. La bendición más grande es que estoy viva para caerme las veces que sean necesarias hasta lograrlo.
