La noche del Reinado Nacional de Belleza en Cartagena resplandeció con un glamur cuando Catalina Duque Abréu, representante de Antioquia, fue coronada como la nueva Señorita Colombia.
Sus pasos firmes y su mirada profunda lograron cautivar a la audiencia desde el primer momento, pero el brillo de su victoria trajo consigo un eco nostálgico.
Desde las primeras horas posteriores a su coronación, en las redes sociales empezaron a manifestarse con un mismo comentario: “Catalina es idéntica a María Fernanda Aristizábal, la Señorita Colombia que enamoró a los colombianos en 2019”.
Catalina Duque Abréu, con sus 24 años y su formación en Comunicación Social, es un equilibrio entre sofisticación y dulzura que recuerda a la esencia misma de María Fernanda Aristizábal. Aristizábal, recordada por su elegancia y su sonrisa serena, cautivó no solo con su belleza, sino también con su empatía y carisma, rasgos que Catalina parece haber heredado, o quizás recreado, a su manera.
Catalina Duque Abréu y su gran parecido con María Fernanda Aristizábal
Para muchos, Catalina no es solo la nueva Señorita Colombia; es un símbolo de esa belleza natural y clásica que, cada tanto, deja una marca en la historia del certamen.
Con su victoria, Catalina no solo trae una nueva corona a su departamento, sino que rompe una espera de 28 años desde que la última Señorita Antioquia, Claudia Elena Vásquez, alcanzó el título en 1996.
Catalina, quien nació en Miami pero creció con el orgullo antioqueño en sus venas, representa el espíritu de una región que celebra su cultura y sus raíces.
A lo largo del certamen, su 1.80 de estatura y su refinado estilo en pasarela la posicionaron como una de las favoritas. Y ahora, con su coronación, el legado de las reinas de Antioquia vuelve a brillar con fuerza.
Catalina Duque Abréu está lista para deslumbrar mundialmente
Su imagen también resuena en esa herencia: una belleza profunda, enmarcada en una naturalidad que no busca imponerse, sino cautivar.
Es precisamente este equilibrio el que enamoró a quienes seguían cada momento del certamen y el que ahora la posiciona como una de las figuras más esperadas en el ámbito de la moda y la representación cultural de Colombia.
Si bien cada reina es única, la similitud entre Catalina y María Fernanda Aristizábal ha encantado a la audiencia. Ambas, con su belleza y una luz interior que trasciende lo físico, parecen haber nacido para representar la esencia de lo que significa ser una reina colombiana.
Con su recién estrenado título, Catalina se enfrenta a un nuevo reto: cumplir con las expectativas de quienes ven en ella a una figura icónica y moderna a la vez.
En un escenario donde la tradición se encuentra con la innovación, Catalina Duque Abréu inicia su reinado con la esperanza de construir un camino que no solo honre el legado de reinas pasadas, sino que también abra paso a un futuro lleno de posibilidades.
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