En el estudio, entre acordes de huapango y melodías espontáneas, Carlos Rivera y Alfonso G. Aguilar dieron vida a “Calavera”. Lo que comenzó como un juego creativo, se transformó en un “lamento”, un poderoso “Ay laray ra” que resonó en el alma del artista.
Inspirado en las tradicionales calaveritas literarias, pero alejándose de su tono irreverente, Rivera quiso capturar algo más profundo: una auténtica reflexión sobre la muerte.
La canción despliega una instrumentación rica y diversa, que va desde guitarrón y cascabeles hasta salterios y cuarteto de cuerdas. La melodía nos transporta al Mictlán, ese inframundo mítico de la cosmovisión mexica, tejiendo un puente entre el pasado y el presente.
Carlos Rivera hace homenaje a tradición mexicana
Con esta creación, Rivera convierte la celebración de la muerte en un canto íntimo, donde la música narra el ciclo inevitable de la vida, cargado de aceptación y esperanza.
El lanzamiento de “Calavera” llega en un año trascendental para Carlos Rivera, quien conmemora dos décadas de carrera artística. Rivera ha logrado algo que pocos pueden: fusionar sus raíces con la innovación, y ese talento lo ha llevado a posicionarse como uno de los artistas mexicanos más influyentes de su generación.
Sus canciones suenan en toda América Latina, Estados Unidos y Europa, acumulando millones de reproducciones y consolidando su presencia en las principales plataformas digitales.
‘Calavera’, lo nuevo de Carlos Rivera
Este 2024 ha sido un año de celebración. El 4 de julio, Rivera llenó la Arena Ciudad de México con un concierto memorable, seguido de otra presentación con entradas agotadas en la Arena Monterrey el 5 de octubre.
Su gira Carlos XX es un homenaje a su trayectoria y se extenderá hasta 2025, con fechas muy esperadas en América Latina y Europa.
Carlos Rivera no solo compone y canta; también deja huella en la escena cinematográfica. “Calavera” es parte del soundtrack de la última película del icónico director Carlos Saura, El rey de todo el mundo.
Saura, además, contribuyó al proyecto diseñando la portada del sencillo, un gesto que reafirma la conexión entre música y cine. La obra de Rivera se convierte así en un símbolo de cómo la música puede trascender géneros y medios para contar historias universales.
La grabación del videoclip, dirigido por Yerick Johnsson, captura la esencia de la canción en paisajes de Tlaxcala y el Estado de México, lugares llenos de simbolismo que enmarcan este viaje emocional. Desde la Mina de Tiza hasta la Ex Hacienda de Ometusco, cada locación aporta un aire místico, en sintonía con la narrativa del Día de Muertos.
En su vigésimo año de carrera, Carlos Rivera reafirma su lugar como uno de los artistas más queridos y versátiles de la música contemporánea. “Calavera” no es solo una canción; es una obra que perdurará, al igual que las tradiciones mexicanas que celebra, en el corazón de quienes encuentran en la música un refugio y una razón para vivir.
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