Luego de que Alison Párraga (Juliette Pardau), la talentosa tatuadora protagonista de la historia presentada en Tía Alison, lograra llegar a Estados Unidos a cumplir sus sueños de trabajar en el país norteamericano y conseguir dinero para llevarse a toda su familia, recibió una llamada que le derrumbó la vida y por la que tuvo que cambiar todos sus planes: su amada hermana, Olga (Paola Moreno), fue atropellada por un bus.
Justo antes de morir, Olga le dejó un mensaje grabado a Alison en el que le pide que por favor no deje a sus hijos solos y que se los lleve para Estados Unidos. Al morir, la noticia destroza a los adolescentes y a la niña que la tenían como mamá.
Apenas Alison se entera de que su hermana falleció, decide tomar sus maletas y devolverse para Colombia, pues sabe perfectamente que Dakota (Majo Vargas), Washinton y Luisiana sólo la tienen a ella para seguir adelante después de la muerte de la mamá.
Alison rescata a sus sobrinos antes de ser llevados a un hogar de paso
Y menos mal la tatuadora se devuelve a tiempo, pues las enfermeras que atendieron a Olga se dieron cuenta de que los niños no tenían familiares a su lado, sino sólo amigos y deciden llamar al instituto que defiende los derechos de los niños, en el cual trabaja el abogado Gustavo Orjuela (Rodrigo Candamil), quien ya había tenido un encuentro con Alison.
Los niños estaban a punto de ser llevados a un hogar de paso y Alison se interpuso para que no fuera así, discutiendo con todas sus fuerzas y argumentando que sus sobrinos viven con ella.
Gustavo nota que no es posible que la Tía Alison se quede con sus sobrinos
Gustavo quiso agilizar el trámite de restauración de derechos con los niños y le pidió a la tatuadora que hablaran en privado. No obstante, se dio cuenta de que no iba a ser posible entregarle a Alison la custodia de los menores porque no tiene lazos de consanguinidad: ella, en realidad, no es hermana de Olga, la mamá de los niños.
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