Llegó el momento para que Sebastián (Guy Ecker) sane sus heridas y pueda seguir adelante con su vida. Para esto, buscó la ayuda de Daniela, una atractiva psicóloga, quien desde el primer momento demostró que quería ayudarlo a olvidar a Gaviota, asimismo, a dejar los celos y la toxicidad.
En la primera sesión, Sebastián pensó que su problema se podría arreglar de manera rápida, pero Daniela dejó claro que se tendrían que ver más de una vez para que los efectos se convirtieran en algo real.
Cuando Sebastián le comentó que tendría un viaje de negocios por más de un mes, Daniela le hizo la siguiente propuesta: que se fueran por un fin de semana a Villa de Leyva, a una especie de retiro, con el fin de solucionar los problemas emocionales de su cliente.
Una confesión
El arribo de Daniela al pueblo fue complicado, ya que su auto se varó en medio de la carretera. Sebastián fue a recogerla, pues le daba miedo que la mujer estuviera sola en medio de la nada con desconocidos.
Finalmente, ambos llegaron el hotel donde se hospedarían, con buena actitud para iniciar la terapia.
Primero, van en busca de comida, pues eran altas horas de la noche y se encontraban con mucha hambre. No obstante, no había restaurantes abiertos; pero Daniela encontró una solución: robar sándwiches de la cocina del sitio.
Allí, mientras los dos se morían de la risa por la travesura que habían cometido, Sebastián le es sincero a la doctora sobre el cariño que siente por ella:
Eso me parece magnífico, porque la paso mejor con usted como amiga que como psicóloga. Es una lástima que uno no le pagara a nadie por ser su amigo. Yo le iba a decir que cuando estoy con usted ni siquiera pienso en Gaviota, pero ya no puedo decírselo porque acabo de pensar en ella.
¿Entre los dos surgirá algo más que una "bonita amistad"?
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